LA CHICA DEL TEATRO [Javon Walton]

CAPÍTULO 42

Maratón 3/3

Recomiendo leerla con "Sparks - Coldplay

WANNA.

Me desperte por el rayo de luz que traspasaba por la ventana, talle mis ojos para después abrirlos y darme cuenta que no había nadie en la habitación. Me puse de pie tomando mi celular para mandarle un mensaje de buenos días a mi novia, se me hizo extraño que no le saliera el mensaje quizás se había quedado sin batería.

Fui a la sala de estar para saludar a mi familia, pero me di cuenta de que estaba solo y eso me extrañaba un poco ya que siempre me avisan cuando saldrán. No le tome mucha importancia y me adentré a la cocina preparándome un buen plato de cereal.

Paso aproximadamente una hora y mi familia aun no aparecía, mi novia no contestaba mis mensajes y esto ya no era normal.

—Hola hermano.—salude al otro lado del teléfono.

—Hey Wanna.—se escuchaba Jaden.

—Desperté esta mañana y no vi a nadie cerca. ¿Está todo bien?.

El tardo unos segundos antes para responder.

—Uhm si, si está todo en orden.—respondió—. ¿Por qué no debería estarlo?.—río nervioso.

Hubo un momento en el que creí que decía la verdad, pero vamos somos gemelos y literalmente sentimos la emoción del otro. Y ahora mismo sentía un sentimiento de angustia.

—Okey...—respondí finalmente.

—Nos veremos más tarde.

Yo me despedí y colgué.

Decidí salir a correr, aprovechando el día tan bello que Los Angeles tenía hoy me puse mi ropa de ejercicio y salí.

Tenía casi más de 30 minutos corriendo cuando me detuve al ver la cafetería que me recordaba a ella, me tomé una selfi justo frente a esta y se la envié, pero aún seguía sin tener respuesta.

Como cada vez que salía pasaba por mi florería favorita y en la cual ya me conocían, esta vez no fue la excepción, una vez obtenidos los tulipanes.

Llegue a la habitación y para mi suerte mi familia ya se encontraba en la habitación, y en cuanto abrí la puerta para poder entrar ellos rápidamente despistaron su conversación.

—Llegue.—avise dejando el ramo sobre la mesa.

—Hola Wanna.—saludo mi madre, quien se acercó dándome un abrazo.

Abrazo que me pareció diferente al resto, este se sentía triste y consolador a la vez.

—¿Que sucede madre?.

—No sucede nada jovencito, ya no puedo abrazarte.

—Por supuesto que puedes madre, las veces que tu desees. Pero éste abrazo, lo sentí diferente.

Mi familia me miro nerviosa y disimulando.

—Quizás por que estas un poco cansado de correr.—intervino mi padre.

—Supongo que si.—respondí—. Bueno si me disculpan iré a dejarle ésto a mi novia.—volvi a tomar el ramo.

—Por supuesto ve.—mi madre me dio una mirada cálida.

Asentí dando vuelta para poder salir, al alejarme un poco escuche que mi familia volvía a susurrar entren ellos. Pero no le tome mucha atención, probablemente ellos me contarán lo que pasa.

Toque la puerta de la habitación, quedándome parado y dándoles una ojeada a los tulipanes.

—Wanna...—ella me miró.