CAPÍTULO 26

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              《CAPÍTULO EDITADO》

Wanna:

—Perfecto, entonces tomen asiento. —indicó su madre.

Atendimos a eso y nos sentamos en una mesa para cuatro personas, no era muy grande debido al poco espacio que tenía el camper, pero era bastante bueno para ésto.

Su madre sacó unas pequeñas cajas color rojo con una M color amarillo, las repartió seguido nos dio una pequeña bolsa de papas fritas y una soda.

—Gracias por ésto señora.—hablé agradeciendo.

Ella río.

—No me digas señora, me haces sentir muy vieja.—comentó, con una sonrisa —. Mejor llámame Laurel.

¿Mejor porque no le llamó suegra?, eso se escuchaba mucho mejor.

Disfruten su comida.—dijo, poniéndose de pie—. Iré a dejarle esto a Madds.—señaló la bolsa en sus manos.

¿Madds?

—Claro.—respondió ____.

Laurel salió del camper, dejándonos con Diane.

—No sabia que conocían a la perfección a Madds—comenté dandole una mordida a esa hamburguesa.

—La conocemos desde siempre, es mi prima.

Casi me ahogó con la hamburguesa.

El mundo sí que era demasiado pequeño, y pensar que había besado a su prima.

—Ellas no se parecen en nada cierto.—comentó Diane uniéndose a la conversación.

En lo absoluto, Madds era rubia y ___ era pelinegra, sus rasgos físicos no eran para nada parecidos.

Yo negué.

—Ella se parece más a mi tía.—comentó ella.

Yo asentí poniéndole toda mi atención, la puerta se abrió dejando ver a Laurel quien se sentó en el lugar vacío, frente a mí.

¿Nervioso?.

—Asi que Javon.—habló Laurel, dándole un sorbo a su bebida—. Tú eres el chico que le trae flores a mi preciosa.

Yo me encogí un poco de hombros.

—Si, soy yo.—hablé—. Espero que eso no le moleste.

—En lo absoluto, yo también fui joven.—respondió—. Recuerdo ese viaje donde conocí a mi esposo, era...

—Bueno creo que es un poco tarde, y deben estar buscándote Wanna.—la chica apenada me miró.

Yo sonreí.

—Tranquila, mi madre sabe donde estoy.—hablé—. Adelante Laurel, me gustaría escucharla.

La chica a mi lado me veía con una cara apenada, avergonzada y creo que un poco enojada.

—Me agrada éste chico.—dijo Laurel señalandome y mirando a su hija—. Verás yo conocí a mi esposo en la Universidad, un verano me invito a una bella playa cerca de nuestro hogar, y ahí me pidió ser su esposa.—ella mostró su discreto pero bello anillo—. Cuando nacieron mis bellos hijos, procuramos llevarlos a esa playa sin excepción, aquí entre nosotros es la favorita de mi preciosa.—susurró lo último.

Yo sonreí.

—Me encantaría conocer esa bella playa algún día.—respondí—. Mi familia y yo viajamos solo algunas veces, ya que nuestro trabajo nos lo impide.

LA CHICA DEL TEATRO [Javon Walton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora