LA CHICA DEL TEATRO [Javon Walton]

CAPÍTULO 27

《CAPÍTULO EDITADO》

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—Como ya se han dado cuenta, hemos tenido un excelente adelanto sobre las grabaciones.—comentó Arturo, apoyándose de la mesa.

Estábamos en sala de juntas.

—Así que hemos decidido que tengan un fin de semana sin preocupaciones.—informó Anna.

Todos nos mirábamos con alegría, vaya que todos lo necesitamos.

—Es muy corto lo sabemos, pero si seguimos trabajando de la misma forma, podemos incluso terminar las grabaciones antes de lo previsto.

—Suena bien Arturo.—habló Jayla.

—Perfecto, entonces nos veremos el lunes a primera hora.—comentó Arturo.

Nos despedimos todos y salimos yendo directamente a nuestros respectivos camper's.

—¿Que harás el fin de semana?.—pregunto Jayla.

—Estudiaré un poco, y quizás solo me quedaré a descansar.-respondí–. ¿Y tú que harás?.

—Conociendo a Daelo, querrá ir a Disney o algo parecido.—dijo ella.

Llegue a mi camper y ella se despidió con un abrazo.

—Si estás aburrida, eres bienvenida a nuestro viaje.

—Lo tomaré en cuenta, gracias.

Ella se alejo y yo entre al camper.

—Si ya está todo listo, avísenme cuando ya hayan llegado.—mi madre decía al teléfono, y al verme colgó inmediatamente—. Oh hola nena.

—¿Con quien hablabas?.—pregunte confundida.

—Oh pedí algo por paqueteria.—respondió a lo que yo creí.

—¿Y Diane?.

—Ella fue a recoger unas cosas, dijo que llegaría al hotel.—dijo mamá tomando su bolso.

Salimos del camper dirigiéndonos hacia las camionetas que nos llevarían al hotel.

—Puedo irme con ustedes.—pidió Madds.

—Claro.—respondió mi madre.

Ambas subieron a la camioneta, estaba por subir pero escuche que alguien decía mi nombre, mire detrás mío.

—Javon.—salude sonriendo.

El se acercó a darme un abrazo como saludo.

—Hola Laurel.—habló—Hey.—saludo a Madds.

Mi madre le regreso el saludo al igual que mi prima.

—Oye quería preguntarte si...—comentó él.

—Podemos irnos, no me siento bien.—pidió Madds.

Volteé a ver a Javon.

—Tranquila.—comentó dándome un abrazo—. Se donde encontrarte, te busco después.—susurró a mi oído.

Yo asentí, para después subir a la camioneta.

Al llegar al hotel, me puse algo cómodo para que pudiera descansar. Mi madre puso una película y las horas se eme pasaron.

Cuando desperté la luz del sol ya ne daba en todo mi rostro, abrí un ojo con cuidado dándome cuanta que estaba en el sofá con una manta color gris.

—Buen día nena.—saludo mi madre.

—Buen día.

—Puedes ayudarme a poner los utensilios para el desayuno.—pidió.

Yo lo hice, dándome cuenta que habían más platos.