LA CHICA DEL TEATRO [Javon Walton]

CAPÍTULO 38

Canción que recomiendo escuchar mientras lees: Leah Nobel - Beginning Middle End  (puedes ver la traducción al terminar el capítulo)

WANNA:

Llevamos más de 10 minutos en el auto, y ella seguía preguntando a que lugar la estaba llevando.

—¿No estarás secuestrandome cierto?.—pregunto ella dándome una miradita.

Yo reí divertido.

—No, de hecho ya hemos llegado.

Bajamos del taxi, ella espero justo frente a un árbol, mientras yo pagaba me di cuenta de como ella estaba inspeccionando el lugar para ver si lo conocía.

—No habías venido por aquí eh.

—No.—habló ella—. Es muy lindo.

—Y espera verlo por dentro.—dije—. Pero, tendrás que ponerte esto.—le mostré el antifaz que ella me había puesto cuando me llevó a la cafetería.

—No puedo creer que aún lo tengas.

—Me recuerda a ti, es obvio que debo tenerlo.

Me acerque a ella para ponérselo.

—¿Le tienes miedo a las alturas?.

—Solo un poco, ¿por qué lo preguntas?.—dijo preocupada.

—Subiremos hasta la azotea del lugar, no pensé en ese detalle, mierda.—susurré lo último.

—Descuida puedo soportarlo.

—¿Segura?.

—Claro, ahora llévame al lugar.—pidió ella emocionada.

Entramos al lugar, y subimos por el elevador. Ella seguía aún con el antifaz.

—Por cierto.—habló ella—. ¿Ya tienes pensado lo que usaras para la premier de la serie?.

—Uhm...—pensé—. Aún no, ¿qué usarás tú?.

—Estaba pensando que quizás un vestido color negro. Pero aun no lo sé.

—Cualquier cosa que uses te queda perfecta.

—Lo dices en verdad, o solo para convivir.—dijo ella mientras cruzaba los hombros.

—En realidad lo digo porqué me caes bien y te conozco.—dije bromeando.

Yo no podía ocultar mi risa a lo bajo  aprovechando que ella no podía verme.

—¿Osea que si no te cayera bien y no me conocieras no pensarías eso de mí?.—pregunto indignada.

—Por supuesto que lo pensaría, al final del día me terminarás gustando.—confesé.

Apesar de que ella tuviera la cuarta parte de su rostro cubierto, podía notar lo rojizo que se había puesto.

Ella cubrió lo que restaba.

—Aunque intentes ocultarte, se que estás nerviosa.

—Yo no estoy nerviosa.—intento disimular.

—Pero tranquila, por que si me vieras ahora mismo te estarías burlando de mi.

El sonido del elevador se escuchó, así que salimos del elevador yo la tomé del brazo para poder guiarla, cuando llegamos al sitió la deje un momento sola para ir a verificar que todo estuviera en su lugar, tal cual lo había planeado.

—¿Lista?.

—Si.—respondió emocionada.

—A la cuenta de tres, podrás quitarte eso.