Capítulo 34 (Parte 1):

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"Son dos especies diferentes, pero en sus interiores se verá que no hay más que gratificación y admiración." 





Cuando Jungkook va hacia la habitación de Taehyung al día siguiente, se dice a sí mismo que el destino no tiene nada que ver con su curiosidad de si Taehyung volvería a hablarle o al menos dejaría explicarle, en absoluto.

Menos cuando toca la puerta y asoma la cabeza por la pequeña ranura que deja de espacio. Se siente inmensamente fuera de lugar y eso le parece absolutamente absurdo porque todo a ese nivel le pertenece, pero ya daba por hecho el que Taehyung sea el único que tenga ese clase de poder influyente sobre él. Ese poder que lo hace volverse estúpido, pavoroso y, de cierta manera, obediente.

Sin embargo, nunca reflejó nada de la dirección en la que sus pensamientos lo estaban llevando cuando sus ojos encontraron al contrario. Se aclara la garganta y entra como si fuera el dueño del espacio concebido.

Taehyung se estremece instintivamente, pero rápidamente se olvida de todo porque Jungkook vibra tan negativamente, fuente de su ser, que ya estaba castamente acostumbrándose. Literalmente, siempre llevará consigo una energía de rabia frustrada que es atípica, pero similar a las historias que se rumoreaban sobre los demonios. El Diablo violento y vituperante, al que le gusta lastimar y destruir almas que realmente lo merezcan.

-Escucha... - Jungkook suspira y sus ojos lo recorren con un interés silencioso, atenuados ahora por un pequeño arrepentimiento. Su mirada es completamente desvergonzada, audaz, pero mezclada con un sentimiento de vulnerabilidad -No pretendía engañarte de ninguna manera. Iba a explicártelo todo después de que me aceptaras, pero jamás quise dañarte.

-Sinceramente, no me lo esperé – Dice Taehyung en parte con la voz áspera y entrecortada.

Jungkook se estremece ante el sonido de su voz y, aunque se encuentre terriblemente callado, sus ojos y la mueca en su rostro dicen mucho. Esta abrumado por la variación de culpa que es completamente nueva para él.

Y Jungkook no lo entiende. Ha pasado toda su existencia siendo sacado de quicio, siendo mandado a la mierda, maldecido, siendo enojado, oyendo gritos y llantos, porque Jungkook es un Jeon, el próximo en el linaje de volverse Rey del Inframundo y siempre está dispuesto a burlarse, a maltratar, a matar y a satisfacerse por ello. El efecto que el odio de los demás produce sobre él suele ser una sonrisa de regocijo y alimento. Nunca le ha molestado ganárselo.

Pero no entiende por qué teme ahora, con cada átomo de su ser, que Taehyung lo padezca y no quiera hablarle jamás por ello. Ese pensamiento se siente como si penetrara en su piel y golpeara sus entrañas directamente. No puede comprender por qué quiere pedirle a Taehyung perdón, retirar la declaración, decirle que no lo odie, que no lo desprecie, que no le tema.

Y está enojado porque no era así como se suponía que debía funcionar aquel día en el que todo comenzó. Se suponía que debía ser fácil, como arrancarse una maldita curita. Tenerlo retenido porque era malditamente valioso, jugar un poco con él, no importaba si lo odiaba en el proceso, y luego desaparecer, olvidarse de todo. Sería mucho más fácil. Pero por culpa de ese ser humano ni siquiera puede ver que se lastime antes de correr hacia él como un asqueroso y débil sumiso.

-Taehyung, yo...

Ni siquiera sabía qué decir. ¿Debía explicarle que la razón porque se lo ocultó era por el miedo que tenía de perderlo? ¿Era una idiotez hacerle saber que solo él llenaba el vacío en su cuerpo?

Seducción Perversa. // -KOOKV-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora