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EL BAILE  | PARTE UNO


D A V I N A

El día del baile llegó demasiado rápido y hasta ahora he pasado el día en mi dormitorio. Me duché hace unas horas, lo cual fue un error porque todas las chicas estaban allí preparándose para la noche. Por suerte, me salí de su apuro y sólo recibí unas cuantas miradas burlonas y un puñado de 'puta' murmuradas. Y desde entonces he estado sentada en mi dormitorio, envuelta en una toalla, con el pelo seco y sin ganas de arreglarme.

Hasta que llamaron a mi puerta.

Mis ojos se dirigieron a la cosa de madera, saliendo de un sueño. Llamaron de nuevo y esta vez me levanté, me acerqué y abrí la puerta.

Fui recibida por Harrington y un shock instantáneo me golpeó como un martillo en la cabeza.

—Mierda.—murmuré, agarrando la toalla con más fuerza alrededor de mi pecho.

—Uh, señorita Arden, lamento interrumpir.—dijo Harrington, sus ojos de repente encontraron sus zapatos muy interesantes.—pero tengo a alguien que insistió en ayudarla a prepararse para el baile.

Mis ojos se dirigieron a esos familiares e increíblemente hermosos ojos de Cécelia. Su sonrisa era de amable emoción y en sus manos sostenía dos bolsos de vestir.

—Hola, Davina.—dijo con un perfecto acento francés.

Sonreí, el alivio cayendo por mi pecho y no me había dado cuenta de lo desesperada que estaba por la ayuda de Cécelia. Si alguien sabe cómo lucir bella, es ella. Me di cuenta de que había estado posponiendo la preparación por miedo a que ella se arrepintiera de haberme elegido para usar su impresionante vestido. Que no era lo suficientemente buena o que no sería capaz de quitarme un vestido tan sensacional.

—Bueno.—Cécelia nos miró a Harrington y a mí.—será mejor que comencemos. Sólo tenemos una hora.

—Diviértanse.—dijo Harrington y luego rápidamente se despidió.

Cécelia se río mientras entraba a mi pequeño dormitorio. Cerré la puerta detrás de ella y vi como la hermosa mujer colocaba dos bolsas de vestidos en mi cama deshecha y sostenía una bolsa grande llena de Dios sabe qué frente a ella.

—Entonces, ¿peinarte o maquillarte primero?.—preguntó ella, levantando una ceja.

—Ehh- —Me encogí de hombros. No tenía idea de en qué orden debíamos hacer esto. Todo esto es nuevo para mí.

—Maquillaje.—dijo cuando vio mi confusión.—ven. Siéntate.—me llevó a mi escritorio y sacó mi silla para que me sentara. Lo hice y luego la miré y sentí sus suaves manos en mi mandíbula. Ella era hermosa.

—Eres tan bonita.—me dijo.

Ella me dijo eso.

Y luego comencé a ponerme una crema suave en la cara. Estaba de espaldas al espejo, así que no podía ver cuáles eran los tubos y polvos que empezó a ponerme en la cara, pero supuse que uno o dos de ellos eran rubor y bronceador. Se tomó su tiempo y me hizo preguntas sobre cómo disfrutaba Hogwarts.

Le dije que no era lo que esperaba; no esperaba que hubiera monjas que nos torturaran como castigo o que hubiera dos asesinos de Ghostface corriendo por ahí. Especialmente no pensé que dos asesinos se burlarían de mí y me obligarían a permanecer en silencio. Pero no le dije nada de eso. Le dije que sólo necesitaba quedarme aquí un año. Que si soy buena, si no me meto en problemas, después de un año seré libre.

SCREAM FOR ME | DRACO MALFOYWhere stories live. Discover now