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D R A C O

Eran las primeras horas de la mañana cuando hice el peligroso camino hasta la iglesia. El sol no se veía por ninguna parte, el cielo era una nube gris y el suelo estaba protegido por una espesa capa de niebla. Cada vez era más fácil escaparse de la escuela. Honestamente, fue preocupante. Llevaba una sudadera con capucha negra sobre mi uniforme y tenía mi bolso conmigo para después de la sesión informativa cada dos días con Stevey. Me puse la capucha pero mi pelo rubio se asomó por debajo.

Yo estaba agotado. Apenas duermo pero eso nunca ha sido un problema para mí, definitivamente no ayuda a mi temperamento pero no veo ningún problema con eso. El bosque estaba oscuro pero encontré el camino hacia la iglesia. Básicamente ya he memorizado este paseo.

Entré a la iglesia, dejándome la capucha sobre la cabeza y mientras entraba, el viento hizo que las cruces que colgaban de la pared se movieran de manera inquietante. Este lugar me puso la piel de gallina. Al frente de la iglesia, Stevey estaba sentado en la primera fila de bancos.

—¿Te vieron?.—Stevey preguntó a modo de saludo.

—¿Qué opinas?.—Pregunté, mi propio saludo. Caminé hasta quedar frente a él. Llevaba su atuendo de sacerdote como de costumbre y tenía el pelo mojado como si se hubiera duchado esta mañana.

Una sonrisa amenazadora apareció en sus labios.—Sólo me aseguro.

—Han pasado casi dos semanas desde nuestra última muerte.—dije.—¿Cuándo será la próxima?.

—Estás demasiado ansioso.—dijo y luego se puso de pie.—¿tu pelea anterior con tu compañero de clase tiene algo que ver con tu apetito?.

Sentí que mi mandíbula se tensaba y me giré, mirándolo caminar hacia el estrado.—Lo sabes. Merece ser nuestro próximo.

—Lo sé.—dijo Stevey con un suspiro, pero su voz se volvió más oscura cuando dijo.—le faltó el respeto a nuestra dulce Davina.

No me gustó su nombre en su lengua. Aunque fue su gran idea jugar con ella, llevarla con ella a esta aventura porque vio algo en ella. Porque pensaba que ella era especial y tenía potencial. Al principio pensé que era una idea ridícula. Pero ahora la quería toda para mí.

—Sabes que casi te mato allí mismo cuando te vi durmiendo en su cama.—dijo Stevey, refiriéndose a la otra noche.—que estuvieras allí no era parte de nuestro plan.

—No estaba durmiendo.—le dije.

—Tuve un presentimiento.—sonrió.—pero aún así. Sabías que la iba a visitar esa noche y casualmente estabas allí. ¿Por qué?.

Cuando vine aquí después de que esas monjas me cortaran las manos, mencioné que Davina estaba hablando con los investigadores. Stevey pensó que se había equivocado con Davina. Había pensado que ella les había hablado de nosotros. Finalmente, se calmó y accedió a hablar con ella.

Pero no confiaba en él. Así que esperé toda la noche a que ella regresara a la sala común y la seguí hasta su dormitorio y el resto de esa noche se repitió en mi cabeza una y otra vez. Dormir con ella no era parte de mi plan pero ciertamente no me arrepiento. Fue perfecto hasta que terminó y recordé quién la iba a visitar. Pero tomé todas las precauciones adecuadas y me aseguré de no quedarme dormido. Y cuando lo oí entrar y asustarla, casi lo mato...

—No quería perderme la diversión.—mentí.

—Correcto.—se río entre dientes. Stevey no era estúpido.—Espero que no te estés enamorando de ella. Es una chica bonita y lo admito, está completamente loca, justo como te gustaría tener una novia, pero ya sabes lo que va a pasar.

SCREAM FOR ME | DRACO MALFOYWhere stories live. Discover now