9

583 53 4
                                    

D R A C O

¿Por qué usaba faldas tan cortas? ¿Y por qué caminaba por los pasillos con tanta confianza cuando era evidente que tenía demonios atormentando su mente? ¿Y por qué diablos siempre me encuentro mirándola?.

Cuando Davina pasó junto a mí en el pasillo, no me prestó atención y agarré con más fuerza el asa de mi mochila, sabiendo que lo que había allí haría que me expulsaran, me enviaran a la torre nuevamente y directamente de regreso a prisión. Eso no puede pasar.

Sé lo que he hecho pero esta vez estoy preparado, he pensado en todo y no pienso que me atrapen hasta que se cumpla mi venganza.

Davina se alejó, sus largas piernas deslizándose de una manera perfecta. Pansy a su lado y eso me dio ganas de hacerle algo muy malo a la idiota esa. Si Davina debe caminar con el enemigo entonces no tendré más remedio que tratarla como tal y ella tendrá las mismas consecuencias que el resto de ellos.

La dejaré para el final, simplemente porque es bonita a la vista. Davina y Pansy doblaron la esquina y aparté la mirada y caminé en la dirección opuesta. Y no sentí ninguna emoción por el pequeño monumento de tarjetas y flores frente al casillero de Adrian.

Lo mejor es que tengan suficientes tarjetas y flores para el resto. No lo sé, tal vez después de las tres se aburran.

Agarré con más fuerza mi mochila y seguí caminando, pasando desapercibida para los estudiantes de este patético lugar que llaman escuela.


DAVINA



—No puedo creer que Adrian esté muerto.—dijo Pansy mientras regresábamos a la sala común después de otro día de clases.

—¿Cómo fue?.—Le pregunté, solo lo conocía desde hacía un par de días.

Pansy sonrió suavemente para sí misma.—A diferencia de la mayoría de nosotros, él era uno de los buenos. A veces podía estar callado, pero si conocieras su pasado no te sorprendería por qué prefería la soledad.

Ella me miró y debió ver la curiosidad ardiendo en mis ojos.—No debería decírtelo.—dijo.—pero ¿Qué va a hacer? Está muerto.—Ella se río pero la tristeza era evidente en sus ojos.

—Sus padres intentaron matarlo cuando tenía cinco años y luego lo pusieron en un hogar de acogida.—comenzó Pansy.—estaba entrando y saliendo de casas. Era el chico malo con problemas en su escuela y lo atraparon con drogas, principalmente marihuana. Pero finalmente, la escuela tuvo suficiente y lo enviaron aquí para mejorar su comportamiento y su adicción. Odiaba estar aquí.

Su historia provocó un dolor inquietante en mi pecho. Sabía lo que era crecer en un ambiente hogareño de mierda con padres a quienes no les importas una mierda.

—Eso es terrible.—dije y Pansy me miró de nuevo mientras bajábamos las escaleras de caracol. Debió haber pensado que mi pésame eran sólo palabras, pero luego sus ojos se suavizaron. Ella debe haber visto que yo, de hecho, sabía exactamente cómo debía haberse sentido Adrian.

Sus labios se separaron y supe que me iba a preguntar al respecto, así que le pregunté.—¿Eran ustedes dos cercanos?.

—Si, demasiado.—Pansy asintió con la cabeza.—lo encontré el invierno pasado con un frasco de pastillas que robó de la enfermería y él iba a suicidarse. Así de mal odiaba estar aquí. Y no solo aquí, odiaba su vida.

SCREAM FOR ME | DRACO MALFOYOnde histórias criam vida. Descubra agora