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D A V I N A

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y el sol ya estaba alto en el cielo. Mis ojos se acostumbraron al brillo repentino y un gemido salió de mi boca. Estaba acostada sobre mis sábanas, todavía con el vestido de la noche anterior y sin recordar cómo regresé a mi dormitorio.

Me sentí enferma.

Ni siquiera había bebido tanto.

Pero los recuerdos.

La sangre seca todavía estaba manchada en mi pecho... en mi pelo. En mis labios. Antes de darme cuenta, estaba en pie y corriendo hacia la basura y vomité todo.

Montague está muerto.

Todo el asesinato pasó por mi cabeza, cada detalle sangriento, haciéndome sentir aún más mal. Todavía podía escuchar sus gritos y sentí como si estuvieran atrapados en mí. Me sentí asqueroso. Me sentí loco.

Con la mente confusa, agarré mi bolsa de ducha y mi bata y me dirigí a las duchas. El pasillo de las chicas estaba en silencio, aparte de algunas risitas que resonaban detrás de las puertas. Cada sonido silencioso me hacía saltar. No me sentí más segura en las duchas. La habitación en sí parecía espeluznante y sacada de alguna película de terror gótica.

Las duchas no se han actualizado desde el siglo XVIII y odio venir aquí, pero no soporto tener la sangre de Montague.

—Alguien tuvo una noche de aventuras.—dice. Me di la vuelta y apenas di unos pasos hacia el baño antes de escuchar una voz femenina.

De pie con una toalla envuelta alrededor de su cabeza estaba esa chica de anoche. Uno de los amigos de Harry.

Ella sonrió astutamente, esperando que yo hablara.

—Oh, sí.—dijo. Miré mis medias rotas y mi vestido. Mis brazos estaban cubiertos de tierra y sangre.

—Alguien esparció su sangre falsa sobre mí.—Una mentira... ¿una buena? No estoy segura. Fue entonces cuando miré más allá de ella y vi mi reflejo...

Santo infierno, me parecía a la maldita Carrie.

—¿Y la tierra?.—Ella levantó una ceja y no pude pensar más allá de Montague para recordar su nombre.—Parece que llevaste la fiesta al bosque.

Me reí pero mi cuerpo estaba tenso y mi corazón latía con fuerza en mi pecho.—Probablemente. Honestamente, lo de anoche fue borroso.

—Todas las mejores noches lo son.—dice. Ella me guiñó un ojo y luego recogió sus cosas.

Sonreí pero, en verdad, no podía esperar a que ella se fuera para poder frotarme la piel en carne viva.

Pasó junto a mí y, al hacerlo, sonrió.

—Mi nombre es Hermione. Por si acaso lo olvidaste.

Y con un guiño final. Ella se fue.



Me duché rápidamente pero con cada sonido saltaba. Trabajé rigurosamente lavando la sangre y la suciedad de mi piel y cabello. Me froté y me lavé hasta que el agua bajo mis pies ya no estaba roja. Limpié cada centímetro de mí misma ya que de alguna manera eliminaría el recuerdo de la noche junto con la sangre.

Pero no lo hizo.

Lo recordé todo. Cada segundo de ello.

Dios sabe cuánto tiempo habría pasado en esa ducha si no fuera por el miedo y la ansiedad que tenía por la aparición de ghostface. O su amigo... Su cómplice del crimen. Todo esto está muy jodido. ¿Por qué me está pasando todo esto? Sé que soy una alborotadora, aparentemente un criminal y he hecho algunas cosas cuestionables en mi pasado, pero ¿no me han castigado lo suficiente?.

SCREAM FOR ME | DRACO MALFOYWhere stories live. Discover now