María es una mujer de veinticinco años que quiere ser distinta a los demás, quiere seguir su sueño sin que nadie la juzgue y quiere vivir una vida llena de aventuras y experiencias que las hacen sentir feliz sin seguir la corriente, como todas las p...
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Narración de Marcos
Este trabajo es muy difícil pero la pasión que tengo es muy grande que hubiera elegido el mismo camino una y mil veces. Ayudar a la gente para que los asesinos, los ladrones y los delincuentes en general estén presos y aprendan que lo que hicieron está mal, me enorgullece.
Mi mamá tiene miedo por mí, pero yo cada día le digo que no se preocupe, que me sé defender muy bien, aunque ella cada vez que yo tenía una herida de bala en mi cuerpo, me rogaba de dejar este trabajo. No sé hacer otra cosa, me gusta la adrenalina y no puedo dejar de hacerlo.
En mi pueblo, aunque si es chiquito, hay muchos crímenes y me veo obligado a ayudar a la gente para que viva mejor aquí, atrapando a las personas que solo quieren hacer el mal a la sociedad.
En el trabajo mi jefe nos dijo que vendrá a trabajar una mujer, a hacer operativos con nosotros, cuando él siempre nos dijo que no aceptaba mujeres. Me parece extraño, pero a la vez creo que todos la vamos a cuidar y seremos felices de ella.
Se llama María y tiene algo especial en sus ojos. Las mujeres con los ojos claros siempre me gustaron, y ella no es una excepción. La primera vez que la vi fue en una fiesta que organiza mi prima.
Un día decido ir a hablarle, y tenemos una conversación muy linda, sobre cosas de la vida que hacen reflexionar. Esto me hace entender que es muy inteligente. Nos hacía falta alguien que tenga una linda mente, pura y genuina y que sepa hablar con madurez.
En su fiesta de bienvenida bailamos un poco juntos, pero cuando se va se olvida su billetera. Así que decido ir a su casa para llevársela, pero me encuentro con una escena un poco extraña.
Ella me dice que el hombre que está desmayado detrás de ella es el asesino de su madre. Ella está mal, al parecer él la envenenó. Yo trato de tranquilizarla, pero después de algunos minutos siento un dolor muy fuerte en el cuello y me desmayo.
Después de ese día, cuando volví a trabajar, un hombre me amenaza diciéndome que si no hago lo que me pide va a matar a mi mamá y luego a mí. No puedo denunciarlo porque dice que tiene muchos contactos, ya que él hace poco era policía.
Hago lo que me pide. Salgo con María, nos vamos a un restaurante y luego a una discoteca, para luego fingir que el auto tiene un problema y poder quedarme en su casa.
El hombre me dijo que tengo que desactivar las cámaras de seguridad de su casa, por el tiempo que me sirva para poder revisar algunos papeles, revisar su computadora y ponerle veneno en su botella de agua para que ella lo tome.
Hago lo que me pidió, aunque al principio quería salir de su casa sin hacer nada. Reviso los cajones en la cual se encuentran algunos papeles, pero no encuentro lo que me pidió. Un papel en la cual debería estar un informe sobre una investigación privada que alguien le ha hecho a él. Abro la computadora para ver si está ahí, pero no encuentro nada.
Ya es tarde, si María se despierta temprano me va a descubrir, entonces hago lo último que me pidió. Saco el frasco con el veneno que me dio, pero cuando estoy por ponerlo en una botella de agua, veo algo fuera de la ventana que me asusta. Tengo miedo de que alguien me esté viendo, y el susto me hace caer la botella que se desplaza en miles de pedazos de vidrio en el piso.
Cuando trato de recoger los pedazos para arreglar lo que hice, me corto la mano izquierda, dejando un rastro de sangre en su casa.
Le invento una excusa que creo que no se creyó. El hombre cuando se entera de que fallé me golpea, me trata mal hasta que llega ella que me ayuda, pero yo le pido que no se meta en el medio porque es muy peligroso. El hombre me cuenta la verdad, que es su padre y que se quiere vengar.
Estoy evaluando la opción de fugarme y de salir de todo esto. Yo quiero ser un policía honesto y no meterme en nada turbio, pero si lo hago, mi mamá va a estar en peligro.
Después de algunas semanas donde hice de informante a su padre, María descubre la verdad. Me pide por favor de contarle todo al comisario y denunciar a su padre para que lo podamos encontrar más rápidamente. Yo lo hago, pero al día siguiente el padre de María me llama diciéndome algo que nunca hubiera pensado escuchar. Que mató a mi mamá porque yo no cumplí con mi pacto de silencio y que alguien le dijo que hablé con el comisario.
Me enojo demasiado y lo primero que pienso es que fue ella quien se lo contó, ya que solo ella lo sabía, o por los menos esto es lo que creía.
La sigo y antes de que salga del consultorio de su psicólogo cierro la puerta con llave y pego un tiro para que se asusten.
La amenazo y escupo todo mi enojo apuntándola con un arma en la cabeza, hasta que me jura y perjura que ella no tiene nada que ver.
Decidimos planear algo juntos a escondidas para ir a buscar a ese hombre que tanto nos hizo daño a los dos. Cuando por fin logramos tenerlo frente nuestro nos cuenta que el infiltrado es el comisario.
Con la ayuda de otros policías, logramos encerrar a ambos en la cárcel.
Años después, María y yo, nos vamos a vivir juntos felices, aunque lo que nos pasó nos cambió la vida.
Para todos aquellos, que no hacen lo correcto en el momento justo...
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