Capítulo 4: Acción

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   Estos días fueron los más lindos de mi vida, hasta ahora

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   Estos días fueron los más lindos de mi vida, hasta ahora. Pude rendir todos los exámenes finales, y por fin no tengo nada más que estudiar para que pueda dedicarme a trabajar al cien por ciento, cada día de mi vida sin pensar en otra cosa.

   Mis compañeros de trabajo me felicitaron, y para el sábado organizaron una fiesta para darme la bienvenida y estoy muy contenta de eso. Que festejemos todos juntos mi llegada, eso me hace sentir que estoy en el lugar correcto.

   Es un logro más en mi vida que voy a recordar para siempre, es desde hace mucho tiempo que sueño con esto. Hace dos años, más o menos, había pedido trabajo en una comisaría que estaba en otro pueblo, lo hice porque en un momento había peleado con mi mamá y tenía ganas de irme lejos de ella y empezar algo nuevo, pero creo que no fue la decisión correcta, y hoy en día agradezco el cielo para que no me hayan aceptado en esa comisaría. Me dijeron que no aceptaban a mujeres, me parece lo más injusto que hay. Luego, pedí trabajo en otra, estaba tan convencida en irme a vivir sola y lejos, a independizarme aunque dentro mío sabía que no estaba lista. En esa comisaria me dijeron que, ya que no había terminado los estudios, no me aceptaban, era algo entendible. Pero yo en ese momento estaba tan triste que ,sino hubiera sido por mi mamá, que me dio la fuerza para seguir, hubiera dejado todo y hubiera buscado otra cosa que hacer con mi vida.

   Hasta que un día fui al curso donde el comisario me conoció y me aceptó, aunque todavía tenía que terminar los estudios, y desde ese día cambié mi manera de pensar.

   Cada uno de nosotros tiene sueños y cosas que al comienzo parecen imposibles de realizar, parece que todos están en contra nuestro y que nunca podremos lograr lo que soñamos. Pero con el tiempo, si luchamos y no bajamos los brazos, siempre habrá una recompensa, y yo eso lo experimenté en mi propia piel.

  En los últimos  meses aprendí que nuestra mente es traicionera, es nuestro peor enemigo y nos hace ver problemas donde no los hay, o simplemente agranda mucho una situación que puede ser resuelta muy sencillamente. Por eso, no hay que dejarse engañar por nuestra mente, eso es lo que me pasó a mí en el momento en la cual no me aceptaron en las comisarías.

   "Lo que le pasa a tu mente, le pasa a tu cuerpo. Si tu mente está mal también tu cuerpo lo estará, la salud mental es lo más importante que tenemos en nuestra vida, porque de eso depende nuestra salud y nuestra felicidad, si estás bien contigo misma, tu cuerpo te lo agradecerá"

   Esto es lo que me dijo mi mamá, después de ese pequeño viaje que hice para encontrar trabajo en otro pueblo, volví como una estúpida pidiéndole perdón a mi mamá, estaba rota por dentro y por fuera, mi cuerpo los días siguientes se enfermó por culpa de mi mente y de lo que había pasado.

   Estaba pensando en dejar caer la barrera que había construido dentro mío, con mucho esfuerzo y muchos años de sacrificios, y romperla muy fácilmente en tan solo un segundo. Como un castillo de naipes que se derrumba con un ligero hilo de viento. Pero mi mamá vino siempre con sus frases y pensamientos tan profundos, y me dijo que tenía que luchar por lo que quería, porque esta vida es la única que tenemos y que si bajaba los brazos no servía de nada vivir, porque vivir una vida sin poder hacer lo que nos gusta, es como estar muerto en vida.

Adrenalina ✔️Where stories live. Discover now