Capítulo 9: Liberar la mente

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   Algo malo va a pasar

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Algo malo va a pasar. Lo presiento. Sigo mirando a el hombre que me genera malas vibras, y trato de ver lo que hace. Está hablando por celular delante de un auto, que creo que es suyo, porqué está apoyado y en la mano que no está ocupada por el celular, tiene unas llaves que supongo que son del auto.

Mira a su alrededor como si alguien lo estuviera observando, o tuviera miedo de encontrarse con alguien con quien no se debería cruzar. Me escondo detrás de un árbol, para que no vea que lo estoy mirando y espero, no sé qué, pero es mejor quedarse aquí, para ver si tengo que darle razón a mi sexto sentido o es sólo una paranoia mía.

Mientras tanto, veo a Marcos que sale de la comisaría y parece un poco asustado. Me escondo mejor para que él tampoco me vea. La situación es bien rara. Marcos va hacia ese tipo mirando a su alrededor como si estuviera por hacer algo malo, o como si tuviera miedo de que alguien lo estuviera mirando. Tiene la misma cara de preocupado que tiene el hombre. Se acerca a ese hombre, y cuando se asegura de que no esté nadie mirando, le pega un puñetazo a Marcos. Luego una patada en el pecho y lo sigue pegando, pero Marcos no se defiende. Es como si estuviera pagando por algo que hizo y no pudiera defenderse. Lo raro es que como es policía, siempre tiene un arma, y además sabe defenderse muy bien porque si no, no estaría haciendo este trabajo.

Veo que escupe sangre de la boca y que se cae al suelo. Esto es demasiado. Mi instinto me dice de ir a defenderlo, aunque, si quiere algo de mí que no es nada bueno, tengo que hacer buena letra y no dejar que piense que estoy en contra suyo, sino que estoy con él. De esa manera puedo sacarle toda la información que necesito, y no dejar que piense que soy su enemiga, sino todo lo contrario. Tiene que confiar en mí más que en su propia sombra, para poder manipularlo. La mente humana es muy manipulable, aunque él está entrenado para que se mantenga con una idea suya, sin que nadie se entrometa, siempre hay algún lugar de la mente que es ingenuo y manipulable.

No pienso más y me preparo para la acción. Eso que siempre he visto, pero que nunca hice, lo voy a hacer por primera vez. Saco el arma de mi uniforme. Junto coraje y fuerza, y empiezo a correr hacia ellos.

-Deja de torturarlo porque vas a terminar mal -le digo al hombre que le estaba pegando, que cuando me ve termina de hacerlo.

Empuja a Marcos en el suelo otra vez. Alza su mirada hacia mí y me mira como si estuviese viendo a un fantasma. Se queda helado unos segundos, pero luego saca una pistola que tenía escondida y lo apunta a Marcos.

-Si no quieres que lo mate, baja el arma. Ninguna mujer puede contra mí. Te recomiendo irte corriendo y que no digas nada de lo que viste, sino quieres terminar como él -dice el hombre que agarra a Marcos y le apunta el arma en la cabeza.

-Yo estoy entrenada para eso. No sé si vió que soy policía, y que ya vi a muchos delincuentes como usted. Por ninguna razón, si algún compañero mío está en peligro, tengo que abandonarlo y salir corriendo. No está en mi naturaleza. No soy nada débil, y si quisiera lo pudiera matar en cualquier momento -agarro bien el arma y lo apunto a la cabeza sin miedo. En este momento me siento poderosa. Marcos no trata de defenderse porque se ve demasiado débil. El hombre no lo suelta, y entonces yo sigo apuntándolo y me acerco para ver si reacciona.

Adrenalina ✔️Where stories live. Discover now