Capítulo 14: Las mentiras tienen patas cortas

10 4 0
                                    

   Después de la conversación que tuvimos ayer, pensaba que apuntarme con un arma era lo último que iba a hacer conmigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Después de la conversación que tuvimos ayer, pensaba que apuntarme con un arma era lo último que iba a hacer conmigo. Está a punto de disparar como lo hizo en el aire hace unos segundos. Marcos nos apunta a los dos, pero luego se pone en frente mío y solo me mira a mí. En su rostro se pueden llegar a distinguir unas lágrimas, está llorando, y me parece extraño todo esto. Por lo que habíamos hablado ayer, pensé que estaba todo bien, pero por lo que están viendo mis ojos, la realidad es todo lo contrario.

—¿Escucharon ese tiro que pegué en el aire? El próximo es para ti, María. Señor perdóneme, le voy a dar plata para que pueda arreglar lo que mi bala rompió en su estudio —lo mira a el psicólogo y luego su mirada vuelve a mi—. Me llamó tu papá y me dijo algo que nunca en mi vida creía que iba a escuchar. Que mató a mi mamá, a sangre fría. Él me tenía amenazado con esto, con que si yo decía algo la iba a matar a ella y después a mí. Fui a comprobar en mi casa si era cierto lo que me había dicho, y era verdad. Estaba ella muerta en el piso. Esto es por culpa tuya María, yo ayer te había dicho que iba a hablar con el comisario para decir toda la verdad, y ya que tengo palabra y soy fiel a lo que digo, hablé con el comisario apenas te fuiste. Me sentía aliviado porque por fin sentía que había acabado con todo, pero no fue así. Hace una hora Federico, tu amado papá, me llamó y me dijo que se había enterado que yo había hablado, ¿quién mierda se lo dijo? Sólo tú sabías que iba a hablar, solo tú sabes toda la verdad. Entonces saqué mis conclusiones, y ya sé que fuiste tú, no me lo niegues —me dice enojado apuntándome el arma en la cabeza, con su mano temblorosa por culpa de sus sollozos.

—¿A ti te parece que le voy a contar algo así a el hombre que mató a mi mamá? Si lo único que quiero es que se vaya en la cárcel. No sé quién se lo dijo, pero yo no fui. Hay algún infiltrado entre nosotros y tenemos que encontrarlo —no puedo creer que todavía hay alguien que nos está jugando en contra.

—No te creo para nada. Tú y tu papá quieren verme muerto. Ya entendí que tienen algo en contra mío y que todo esto de la investigación fue una farsa, pero no entiendo qué, si hace algunos meses ni siquiera me conocían, ¿qué quieren de mí? —Me pregunta como si yo estuviera en contra suya y como si fuera una criminal.

—Me parece que estás yendo demasiado lejos con la imaginación. Esos pensamientos no te sirven para nada. Lo que dijiste no es verdad, sácatelo de la cabeza, la única verdad es que hay algún infiltrado o alguien que sabe todo y nos quiere hacer daño. Mi papá es malo y no quiere ir a la cárcel. Cuando me tenía secuestrada me contó que te tenía amenazado, pero creí que como yo ya sabía todo, no te iba a hacer nada más.

—Bueno, creíste mal entonces, porque mi mamá ahora está muerta por culpa suya, así que quiero venganza. Yo fui un estúpido en trabajar con él, sabía que iba a terminar todo mal. Esta me la pagas María, durante estos meses que trabajamos juntos puede ser que un poco te quise, pero ahora te odio con toda mi alma —termina de hablar y carga el arma.

   Está listo para disparar en cualquier momento. Segundos antes de que apriete el gatillo y haga un escándalo, yo agarro mí arma y ahora nos apuntamos los dos, frente a frente en la misma situación.

Adrenalina ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora