María es una mujer de veinticinco años que quiere ser distinta a los demás, quiere seguir su sueño sin que nadie la juzgue y quiere vivir una vida llena de aventuras y experiencias que las hacen sentir feliz sin seguir la corriente, como todas las p...
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Es tiempo de investigación. Ahora que sé todo, o por lo menos creo de saber todo, necesito pruebas, porque las palabras quedan en el aire y a veces no son ciertas.
Mañana voy a ir a hablar con el psicólogo. Él me hizo entender que sabe muchas más cosas que todos nosotros. Entonces lo necesito a él también para la investigación. Luego queda el hombre que creía que era mi papá, iré a hablar con él para sacarle toda la información que pueda.
Mañana voy a hacer todo esto. Ahora tendría que dormir, pero mi curiosidad le gana al sueño que poco a poco se está yendo. Aunque es tarde, mi cuerpo tiene las energías suficientes para empezar a buscar adentro de mi casa, investigar, que es algo que me apasiona y lo haría todo el día sin parar.
En realidad no sabría que buscar. No tengo nada claro, ninguna pista cierta en la cual pueda confiar y seguir. Entonces decido abrir todos los cajones y leer todos los papeles, todos los documentos y mirar bien cada objeto de esta casa, aunque haya algunos que me los sé de memoria por la cantidad de veces que los he mirado en todos estos años.
Antes que nada, busco en el salón. Ahora que me acuerdo, Marcos estaba buscando algo el día en la cual me quiso envenenar con el agua, capaz que mi papá le pidió que buscara papeles, pruebas e informaciones que no tenía, y entonces aquí hay cosas.
En las grabaciones de las cámaras de seguridad, había visto que no se llevó nada. Así que en vez de perder el tiempo aquí, decido ir a la habitación que era de mi mamá, porque si ella escondía algo, es muy probable que no lo hizo en el salón, donde yo hubiera podido encontrarlo con mucha facilidad.
Me dirijo hacia la habitación de mi mamá. El día después de su muerte había cerrado esa puerta y había tirado las llaves afuera de la ventana, para que no pudiera encontrarlas nunca más. Lo hice para no revolver el pasado y para no sufrir, para cortar de raíces el sufrimiento y seguir adelante con mi vida.
Llamar a un cerrajero para que abra la puerta a estas horas de la noche, no va a servir para nada, abrirla yo, me costaría mucho tiempo. Así que voy a optar para la opción más violenta, pero más rápida y efectiva.
Agarro el arma que tengo en mi casa, ya que la otra no la tengo más, y le pego un tiro a la cerradura. La puerta se abre de golpe haciendo mucho ruido, y empieza a derramar todo el polvo que toma el control de la habitación. Está todo oscuro y hay un olor muy fuerte y mucha humedad. Esta habitación desde hace un tiempo largo que no se limpia y no se ventila. Por eso decido prender la luz y abrir la ventana, pasando entre el polvo que entra en mi nariz y me saca un poco la visibilidad, y dejar que entre aire limpio para no morirme aquí adentro.
Espero una hora antes de entrar. Mientras tanto, voy a buscar en otras partes de la casa, pero no encuentro nada que me pueda servir.
Pasada la hora, decido entrar en la habitación. Cierro la ventana para evitar enfermarme por culpa del frío que tomó el control en el pueblo en estos días. El olor un poco se fue y me permite trabajar, aunque sea un poco y empiezo a buscar.
