María es una mujer de veinticinco años que quiere ser distinta a los demás, quiere seguir su sueño sin que nadie la juzgue y quiere vivir una vida llena de aventuras y experiencias que las hacen sentir feliz sin seguir la corriente, como todas las p...
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Capítulo 12
Un futuro incierto.
Nuestro futuro ahora mismo es incierto. Depende de un hilo que en cualquier momento puede romperse.
Miro a mi papá que no sabe qué hacer. Él había planeado todo hasta ahora, pero nunca supo que hacer después de haberme contado la verdad.
Estoy en el medio de la nada. Desde la ventana se ve solo pasto verde y un río, en el cual él dijo que quería tirarse y decidir terminar con su vida. Yo no le voy a permitir que lo haga, antes tenemos que solucionar algunas cosas.
—María, te voy a dejar libre, pero yo me voy a ir a otra parte, donde nadie me pueda encontrar —me dice poniéndose de pie y yendo a poner la silla donde estaba antes.
Yo también me pongo de pie y camino hacia la ventana, para ver a que parte me puedo ir una vez que salga de esta casa. Aunque desde aquí no veo nada que pueda servirme para volver a mi pueblo.
Mi celular no tiene más batería. El arma me la robó él y no creo que me la quiera devolver. No tengo nada, sólo mi cabeza y las ganas de volver a mi casa para contar todo lo que sé a todo el mundo, aunque no lo puedo hacer antes de tener todas las pruebas suficientes y necesarias.
—Mira, no estamos tan lejos, más o menos una hora caminando, pero tienes que tener cuidado para donde caminas y hacia el lado en el cual vas. En un lado está el camino correcto para volver al pueblo, en cambio, en el otro, hay algo feo que no te quiero ni contar. Yo no te voy a decir cuál es la parte en la cual tienes que ir, porque necesito tiempo para escaparme. Te lo digo así con toda la sinceridad del mundo, sin ocultarte nada —me dice muy seguro de lo que va a hacer, y creo que le va a salir como tiene pensado en su mente.
Mientras me dice eso, me viene una rabia adentro mío. Es mi ocasión para atraparlo. No puedo negar que él tiene más fuerza que yo en este momento, entonces tengo que buscar una técnica para recuperar mi arma y herirlo, para que no se pueda mover. Todo esto en el menor tiempo posible, antes de que se escape. Me giro hacia él y lo veo frente mío que está caminando hacia mi.
—Sabes que yo no te voy a dejar escapar en ninguna parte. De aquí nos vamos juntos y directos a la comisaría, donde ya sabes cual será tu destino. No te sirve de nada ser prófugo. Te puede durar algunos días, pero tarde o temprano te van a agarrar, y creo que no te lo tengo ni que decir, ya que trabajaste de esto toda tu vida —lo miro decidida en que la realidad va a ser como la estoy diciendo yo, y que no le voy a permitir que se escape.
—Perdóname pero eso de entregarme no va a pasar. Sabes que tengo muchos contactos y que en la policía existen algunos corruptos, y yo me veo obligado a convertirme en uno de ellos. Yo no quería llegar hasta este punto, pero sucedió y no se puede volver el tiempo atrás. Perdóname hija, pero tengo que hacerlo. Yo sé que nos vamos a volver a ver, pero necesito tiempo para pensar en lo que tengo que hacer. No quiero ir a la cárcel y entonces tengo que hacerlo, pero vas a estar bien no te preocupes —cuando dice esto, saca del bolsillo que tiene en el pantalón una jeringa, la misma con la cual me había inyectado el veneno la vez pasada.
