28.

127 8 1
                                    

Entre de nuevo a la capilla para darme cuenta que Carrie se abrazaba de aquel ataúd. No derramaba ninguna lágrima, solo estaba abrazada a él con sus ojos cerrados.
No le imagino que es lo que se siente perder un padre ya que jamás tuve una buena relación con el mio y lo más parecido que tenía a un padre es Tom, mi abuelo. Al mirarla destrozada me sentí peor, quisiera poder retroceder el tiempo y evitar que su padre se hundiera en toda esta mierda. Ella era una chica bastante buena y no merece sufrir por culpa de personas que no tienen control en su vida. Siempre la persiguen las desgracias por culpa de las drogas.

Me acerque a ella y la tome de los hombros. Se puso sus lentes oscuros y me tomó de la mano.

- Necesito aire. - Me comentó en el oído.

Salimos un rato, tomó asiento en unas de los escalones que están en la entrada y se recargo en mi hombro. Su mano está fría, más fría que el hielo.

- ¿Qué hice para sufrir tanto? - pregunto sin esperar respuesta, apreté un poco más su mano y bese su cabeza.

No había echo nada para sufrir de esta manera, ella no tiene la culpa de absolutamente nada de lo que pasa a su alrededor. La culpa no era de nadie más que de las personas que la rodean y que no tienen control sobre sus vidas.
Al llegar a casa después de que sepultaron a Lucas Weber, ella se acostó en la cama en posición fetal mientras abrazaba una almohada contra su pecho.
Me senté en el borde de la cama y puse mi mano sobre su hombro.

- Quiero estar sola, Nikki. - Hablo al mismo tiempo que cerro sus ojos.

- No puedes estar sola... va a venir Heather contigo un rato mientras voy a terapia. - Tal vez debería de estar con sus amigos.

Carrie no me dijo nada, se limito en responderme. Tome mi chaqueta y me marche.
No se como ahora será nuestra vida, yo estoy pasando por toda esta mierda junto con la banda. Ahora tenía que luchar contra los demonios internos de Carrie, eso ya era bastante para mi.
Pero estaba enamorado de esa chica, la amaba a pesar de todo y no iba a darme por vencido tan fácilmente.

Todo esto es demasiado difícil, estoy al borde de la locura y justo en este momento pasan más tragedias para caer encima de mi y terminar por hundirme.
Como siempre en la terapia, hablamos de nuestros problemas tanto como familiares como dentro de la banda. Todos sabemos que estamos a punto de desbordanos, somos dinamita contando los segundos para hacer explosión.
Supongo que nadie estaba más mal que yo en este momento.
Casi es año nuevo, Doc había dicho que estaban apunto de abandonar a la banda si no nos lográramos mantener sobrios para el próximo álbum.

Llegue a casa pasado de las 10 de la noche, llegué con una bolsa de frituras. Odiaba todo, absolutamente a todo y a todos, e incluso creo que estoy empezando a odiar a Carrie. Si, la amo demasiado pero este amor no me daba para más, yo quería volver a sentirme vivo como lo hacia aquella heroina pero nada funcionaba. No funcionaba follarla con frecuencia, el sexo no era lo mismo sin la heroina en mi.
No me importaba ni tocarla por un instante o a menos que su piel estuviese echa de heroina, ahí las cosas cambiarían para mi.
Tenía sexo con ella solo cuando ella comenzaba a seducirme no porque yo quisiese. Mierda... ahora estaba tan confundido en todo, no sabía que realmente me estaba pasando, las cosas estaban cada día más difíciles sin ella.

Aventé mi chaqueta en el sofá, me senté y prendí la televisión para distraer mi mente un rato. Aunque lo único que podría distraer mi mente era la persa, la heroina en mis venas.

Escuche unos pasos arrastrándose desde la escalera hasta la cocina, escuché que abrieron la nevera y sentí aquellos pasos acercarse a mi. Volteo hacia mi derecha y vi a Carrie, ahí parada con ese short pequeño de satin, esa blusa de tirantes y vi también como sus pezones sobresalen sobre la tela por el frío que está haciendo.
Es realmente sexy, pero aún así no lograba de dejar de pensar en la heroina.

My little girl... (Nikki Sixx)Where stories live. Discover now