4.

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Deje de abrazarla, la tome de ambos brazos y la retire. Me miro sería, note que no quería irse que era verdad todo lo que me había dicho y yo... ¿Cómo puedo decidir por ella? Voltee los papeles y si ella tratara de alejarme yo me aferraria aún más, así soy y creo que ella también es así.
No me gusta que me den ordenes, me gusta dar ordenes y llevar el control de todo a mi alrededor. Pero a Carrie, a ella no la podía echar así de mi vida sin más, entre más intento alejarla más se aferra.

- Pasa, no te puedes ir a estas horas de la noche en taxi. - Ella me miró confundida ya que hace unos instantes yo la estaba corriendo. - No digas nada, solo entra.

Carrie entró, cerré la puerta tras de mí y la miré.
Parada en medio del recibidor con sus brazos cruzados y mirándome.

- Hagamos esto... - camine de un lado a otro, estoy drogado y apenas si puedo asimilar que putas esta pasando. - no intentaré alejarte de mi otra vez pero quiero que me prometas algo.

- ¿Qué?

- Cuando vuelva arriesgar tu vida como la otra vez, te alejaras de mi para siempre o que sientas que te estoy lastimando de alguna forma, solo vete. No quiero que te hundas en esta mierda.

Se acercó lo suficiente como para poner sus manos sobre mi pecho, acaricio un mechón de mi cabello y me sonrió.
Maldita perra, tiene la sonrisa más hermosa de todo el jodido mundo.

- Lo prometo, me iré.

- OK. - quite sus manos de mi pecho. Tengo ganas de follarla desde el primer día que la vi, pero no la follaria ahorita, ahorita necesito la puta heroina en mi sistema. - te puedes quedar en donde quieras, estaré en mi habitación.

- Nikki, quédate conmigo esta noche. - la volvi a mirar. - No quiero estar sola.

- Carrie, no puedo. - si me quedo contigo te follare una y otra vez. - Necesito estar solo, solo quédate en cualquier lado y no me molestes.
Te veo mañana.

Subí casi corriendo las escaleras para que no me volviera hablar.
No se que paso toda la noche, solo se que desperté en el armario con la jeringa tirada en el suelo y sangre escurriendo por mi brazo.
Me di una ducha rápida, ya que tenía como una semana o más que no me bañaba.
Baje a la primera planta y lo primero que veo es a Carrie, acostada boca arriba en el sofá y viendo fijamente el techo. La observe sin que ella se diera cuenta de que estaba a tan solo unos pasos. Sus manos están sobre su vientre plano, sus rodillas flexionadas y su cabello suelto extendido.
Es como ver a un ángel en mi sofá, sentí tranquila al verla ahí.
Mierda, morirá por cogermela ahora mismo en el sofá, a mis anchas y a mi antojo.
Me acerque lo suficiente para que escuchara mis pasos, volteo a verme y me sonrió.

- ¿No me vas a correr, verdad? - tome siento y negue con la cabeza. - Es hora de irme, tengo que tomar una ducha e ir hacer mis pendientes.

- Vamos, te llevo a tu casa.

En el Jeep, ella permaneció callada, su vista estaba fija en aquella carretera.
No comento nada en todo el camino, cosa extraña ya que Carrie es de las chicas que jamás se calla.
Estacionó el automóvil fuera de su casa, pongo mi mano sobre su rodilla y es entonces cuando me mira.

- Hemos llegado. - se muerde el labio inferior. Mierda, es tan sexy.

- Gracias. - suelta un suspiro. - En verdad gracias, Nikki.

Ella sonrió y me dio un suave beso en la mejilla.
Una vez que ella se bajo, me fui al estudio.
Cuando llegue al estudio, vi a Tommy con su novia Heather Locklear.
Les he dicho muchas veces y más a Tommy que no puede traer a sus novias al estudio, pero ni modo que la saque a patadas.

My little girl... (Nikki Sixx)Where stories live. Discover now