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La tarde se deslizaba suavemente sobre la ciudad mientras Mina y Chaeyoung recorrían las calles en la moto de Mina

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La tarde se deslizaba suavemente sobre la ciudad mientras Mina y Chaeyoung recorrían las calles en la moto de Mina. El viento fresco acariciaba sus rostros, y la emoción bailaba en sus ojos. Chaeyoung se aferraba con fuerza a la cintura de Mina, su corazón latiendo al ritmo del motor.

Mina guiaba la moto con destreza, su cabello oscuro ondeando detrás de ella. Había mantenido en secreto la sorpresa que tenía preparada para Chaeyoung, y la emoción burbujeaba en su interior, esperando el momento perfecto para revelarla.

—¿A dónde vamos, Mina? —preguntó Chaeyoung, su voz apenas audible sobre el rugido del motor.

Mina sonrió, saboreando el suspense que envolvía el momento. —Ya lo verás, Chaeyoung. Prometo que te gustará.

Chaeyoung asintió con entusiasmo, dejando que la anticipación pintara una sonrisa en su rostro. Confiaba plenamente en Mina, sabiendo que cualquier cosa que ella planeara sería maravillosa.

Después de un corto viaje, la moto se detuvo frente a una casa pequeña pero acogedora, con un jardín delantero rebosante de flores de colores brillantes.

Chaeyoung observó la casa con asombro, sus ojos brillando con incredulidad y alegría al ver que Mina sacaba un juego de llaves y lo movía frente a ella con entusiasmo. —¿Es… es nuestra casa? —preguntó, apenas atreviéndose a creer lo que veían sus ojos.

Mina asintió, su sonrisa iluminando su rostro. —Sí, Chaeyoung. Es nuestra casa. La he estado preparando para nosotras.

Las palabras de Mina se hundieron en el corazón de Chaeyoung como una melodía reconfortante. No podía creer que Mina hubiera estado trabajando en secreto para hacer realidad sus sueños juntas.

—¡Es perfecta! —exclamó Chaeyoung, su voz llena de emoción y gratitud. Sus manos revoloteaban con alegría.

Mina le ofreció una mano, ayudándola a bajar de la moto. Juntas, caminaron hacia la puerta de entrada, sus corazones latiendo al unísono con la promesa de un nuevo comienzo.

Adentrándose en la casa, Chaeyoung se quedó sin aliento al ver el interior. Aún no estaba muy decorado, habían unos pocos muebles, tal vez sólo lo indispensable, pero ella sabía el esfuerzo que habrá llevado conseguirlos. La casa era acogedora, era iluminada por luz natural que se colaba por las ventanas.

En medio de la sala de estar, Chaeyoung prácticamente saltó a los brazos de su novia, el calor de su amor envolviéndolas como una manta reconfortante. Sabían que este lugar sería más que una simple casa; sería su refugio, su santuario, su lugar para crecer y amar juntas.

—Gracias, Mina. Por todo —susurró Chaeyoung, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.

Mina acarició suavemente su mejilla, sus ojos llenos de amor y ternura. —Te lo mereces, Chaeyoung. Quiero que este sea nuestro hogar, donde podamos ser felices juntas, en las buenas y en las malas.

ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢWhere stories live. Discover now