ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ

☼ 13 ☼

─¿Qué puedo hacer para que dejes de llorar, Chaeyoung? ─Preguntó Mina ya desesperada por hacer que la menor se calme. La culpa se la tragaría viva.

─C-cosas que m-me gus-gustan. ─Habló Chaeyoung con dificultad. Estaba por tener uno de sus episodios no-verbales.

─¿Pero qué te gusta? No lo sé, yo... ─Mina suspiró pesadamente, en realidad sí sabía alguna que otra cosa sobre Chaeyoung. Tomó su celular y buscó en Spotify el soundtrack "Mice on Venus". Conectó los auriculares de Chaeyoung a su teléfono y le hizo escuchar esa melodía que, aparentemente, logró ayudarla a calmarse un poco. La menor dejó de llorar, ahora sólo jugaba con sus pulseras. Su cara seguía con tonos rosados en las mejillas y nariz, y sus ojos seguían brillositos por haber llorado. ─ ¿Mejor? ─La castaña asintió.─ Entonces te acompañaré a tu casa. Guíame.

Y así lo hizo. Chaeyoung y Mina iban caminando en silencio, una al lado de la otra a un paso bastante tranquilo, siendo la menor quien guiaba. Ninguna se dirigía la mirada, sólo caminaban. La japonesa, de vez en cuando, observaba los movimientos peculiares que hacía la más pequeña con sus dedos, para luego volver la vista a otro lado.

Chaeyoung se detuvo frente a una casa, Mina supuso que era la suya. Estuvieron unos segundos paradas allí sin decir nada, por lo que la más baja se apresuró a desconectar sus auriculares del celular de la mayor.

─Supongo que... que me tengo que ir. ─Mina rompió aquel silencio, encogiéndose de hombros y dándose la vuelta para irse.

─G-gracias. ─Logró escuchar la vocecita de la menor agradecerle. Sólo eso bastó para que una tímida sonrisa se forme en su rostro. Por suerte le estaba dando la espalda, no quería que la viera así. Mina levantó una mano en el aire como saludo y se apresuró a irse de allí, dejando a una confundida pero algo tranquila Chaeyoung.

Esta se quedó unos minutos viendo cómo la mayor se alejaba. Notó que de vez en cuando pasaba sus delgadas manos por su negra cabellera, Chaeyoung supuso que lo hacía por los nervios. Sinceramente no la entendía.

─Olvidé comprar las galletas... ─Murmuró para sí misma antes de entrar a su casa.

─¡¿Que Myoui hizo qué?! ─Momo no podía creer lo que le contaba su amiga. Lo peor era que ella, pobre inocente, se veía tan feliz.─ ¿Por qué sonríes, Chae?

─Porque Mina no es tan mala.─ Chaeyoung sonreía mientras guardaba sus cosas en su casillero, ordenándolos como siempre.─ Quizás nos volvamos amigas.

─¿Tú y Myoui? Nah, no te creas, Chayo. ─Momo se cruzó de brazos, recostandose contra los casilleros. Notó que la sonrisa de Chaeyoung desapareció, por lo que se apresuró a aclarar.─ Es decir, Mina no es alguien de confiar, quizás está planeando algo, tú sabes.

─Oye Momo, creo que estás exagerando. ─Intervino Somi, dándole un atisbo de esperanza a Chaeyoung.─ Quizás está en su arco de redención, Chaeng sabe de lo que hablo.

Momo no entendía totalmente esas referencias, pero, al ver que Chaeyoung sonreía un poco, decidió no preguntar. Aún así tenía muchas cosas que decir sobre Myoui Mina.

─¿Mina? ¿Redimirse? Imposible, ustedes no conocen a esa bruja.

─¿Bruja como en Minecraft o cómo en The Owl House? ─Chaeyoung preguntó curiosa, Momo lo pensó por unos segundos y, recordando las veces que la menor le habló de esos temas, prosiguió.

─Definitivamente como en Minecraft. ─Somi empujó a Momo, quien estaba recostada sobre su casillero.─ ¡Oye! Podrías simplemente pedirme que me aparte.

─Oh, lo siento. Quítate porfis.─ Bromeó Somi, haciendo reir a sus amigos, menos a Momo.─ Ya cállate un rato, deja a Chaeyoung ser feliz. Ella sabe lo que hace.

─Además, no noto el aura de Mina tan oscura como de costumbre. ─Habló Hoseok, haciendo que Chaeyoung lo mire con entusiasmo. En verdad le empezaba a interesar todo ese tema espiritual.─ Ahora, aparte de tener sus colores oscuros de siempre, puedo percibir pequeños destellos de rosa pálido. Es algo bueno, Chaeyoung.

Chaeyoung sonrió emocionada, agitando sus manos en el aire y dando pequeños saltitos. Pareciera que empezaría a bailar. Somi y Hoseok también de pusieron alegres de verla. Juntos empezaron a caminar por el pasillo de su escuela. Claro, menos Momo, quien se quedó allí parada procesandolo todo.

─¡¿En serio creen en esas superticiones raras de J-Hippie?! ¡¿Soy la única que nota algo rato aquí?!... ¡Hey, esperenme! ─Comenzó a seguirlos, soltando un bufido de frustración.─ Con amigos así...