❝Son Chaeyoung, por favor quítese los audífonos, estamos en clase.❞
La chica nueva en el colegio era algo extraña y no obedecía ciertas reglas escolares. Además, solía tener problemas para hacer amigos, por lo que era un blanco para los bullies...
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Esa noche, Mina no se apartó del lado de Chaeyoung, quien la abrazó con fuerza mientras dormían para que nadie se la llevara. Realmente, Mina era amada. Se sintió amada al momebto que despertó entre los brazos de una castañita dormida.
Tenían clases, así que por más que le hubiese encantado quedarse así con ella, la tuvo que despertar. Mina, quien tenia los ojos un poco hinchados, sonrió al ver su rostro tan pacífico. Acarició su mejilla y dejó un pequeño besito en sus labios.
─ Chaengie... ─ Susurró mientras movía ligeramente a su novia. Chaeyoung apretó más los ojos, intentando evitar tener que despertarse. Estaba muy cómoda así. ─ Chaeyoungie, tienes que despertar... Tenemos clases.
La más pequeña abrió uno de sus ojitos, observando a la linda japonesa con los cabellos algo revueltos. Sin duda era hermosa. Sonrió y se estiró un poco en su lugar, soltando un bostezo que, sin querer, contagió a Mina, sacándole una risita a ambas.
─ Sí, Minari. Tenemos que ir. ─Respondió levantándose de la cama con algo de pereza. Mina hizo lo mismo.
Ambas chicas fueron al baño a cepillarse los dientes, peinarse, refrescarse en general. Tenían el presentimiento de que hoy sería un largo día.
Mientras Chaeyoung se vestía y se ponía su uniforme, Mina la esperaba sentada en su cama, pensando en que hoy iría a la escuela con su camisa arrugada, como siempre. Buscó su suéter celeste con la mirada, el cual llevaba sobre el uniforme, a través de toda la habitación pero no lo veía.
─ Mierda... ─ Murmuró Mina para sí misma, agachándose para buscarlo debajo de la cama. La puerta de la habitación de Chaeyoung se abrió lentamente. La nipona levantó la cabeza y miró en dirección a esta, creyendo que sería su novia. ─ Chaeng, no puedo encontrar mi-... O-Oh, señora Son...
─ Buenos días, Mina. Venía a dejar esto... ─La mujer de cabellos largos y castaños se acercó con un canasto de plástico. Mina notó que allí dentro, entre otras prendas, estaba su suéter. No sólo eso, sino que el resto de su uniforme también. La japonesa se levantó y se acercó al mismo. ─ Lo siento, los vi allí en la cama y pensé que tal vez estaría bien si los lavara junto al uniforme de Chaeyoung...
─ Gracias... ─Murmuró Mina, con los ojos algo cristalizados. Tomó su uniforme y apoyó su mejilla sobre la tela, sintiendo la calidez y el dulce aroma que emanaban sus prendas recién lavadas, secadas y planchadas.
La mujer sonrió dulcemente y acarició con suavidad la espalda de su nuera. Podía ver a través de ella, Mina era solo una niña alta, una niña fingiendo ser grande y pretendiendo ser fuerte, armando una coraza a su alrededor. Le alegraba un poco poder ver quién era en realidad.
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