Quince

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Luis ha caído en un espiral continúo de trabajo y desvelos: perdió la cuenta de las horas que ha dormido los últimos días y aunque eso antes le ayudaba a olvidarte y olvidar la terrible situación en la que su relación estaba, pendiendo de un hilo,...

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Luis ha caído en un espiral continúo de trabajo y desvelos: perdió la cuenta de las horas que ha dormido los últimos días y aunque eso antes le ayudaba a olvidarte y olvidar la terrible situación en la que su relación estaba, pendiendo de un hilo, ahora eso no ayuda. A veces siente que su cabeza se balancea, cuando toma una posición de reposo, pese a que sus ojos siempre están abiertos, y a veces su mirada se ve nublosa. Las ojeras y bolsas bajo sus ojos han estado creciendo y su piel trigueña poco a poco ha estado palideciendo.

Cuando se ve al espejo la imagen de tu piel secándose por el estrés vuelve a su mente, así que también evita verse fijamente cuando está arreglándose.

Le gustaría ahogar sus penas en un buen tequila, pero sabe que debe mantenerse sobrio para las casi infinitas guardias en el hospital.

Café, chocolate y bebidas energéticas han sido de las pocas cosas que lo mantienen despierto o mínimamente cuerdo.

E incluso cuando vuelve a su departamento (por algún motivo, hasta para él mismo ha estado reusándose a decirle casa) y se acuesta, le toma horas conciliar el sueño: cuando por fin está dormitando, la alarma en su celular suena, y su sueño es tan ligero y superficial, que no le toma nada de tiempo levantarse. Evita entrar a la aplicación de mensajería instantánea, porque aún no ha logrado desfijar el chat que tiene contigo y sabe que si sigue viéndolo, va a responderte. Está evitando a toda costa responder ese mensaje tan tentativo.

Ha quitado su foto de perfil, ha cerrado sus redes sociales y ha guardado la mayoría de portaretratos y cuadros que tenía, en donde aparecían ambos (a veces solo tú). Sus amigos, algunos también tuyos, están preocupados por su evidente salud decayendo, sin embargo, Luis termina negando todo, excusándose con las guardias del hospital y el estrés de recibirse pronto de la carrera. La mayoría de ellos conocen su historia y tu lado de ella y prefieren no ponerse en el bando de ninguno, porque saben que no es una situación de equipos. De malos o buenos. Algunos han hablado contigo, te han apoyado sobre cualquier cosa que decidas (has hablado poco sobre tus planes para volver a tus rutinas y poco a poco irte desligando de la familia Kennedy, y de tu propia familia) y Luis lo sabe por ellos y por lo poco que le has dejado ver con tus mensajes.

Vivir juntos.

Son palabras  fuertes que se han marcado con fuego y que repite tras su inconsciente, día y noche.

Hasta que un día, cansado del dolor mental (y físico) que requiere estar evitando responderte, decide dejar atrás su plan de hacerse el duro y te envía una respuesta.

Betrothed Hearts [RE4R | Leon S. Kennedy/Lector | AU]Where stories live. Discover now