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Más sabe el diablo por viejo

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Más sabe el diablo por viejo... 

Te despiertas, pero no abres los ojos, cuando sientes un cuerpo ajeno removiéndose a tu lado, y unos brazos que te aprietan por la cadera. Inconscientemente mueves las manos en la oscuridad hasta que alcanzan un rostro suave: tus dedos pasan por los pómulos marcados, hasta las orejas calentitas y terminan descansando en el cuello ancho de tu acompañante, quien suspira ante tu tacto.

"Mierda, quisiera nunca despertarme..."

Estos últimos días hay dos modos en los que duermes: cuando caes absolutamente dormida por el cansancio (que parece ser solo ocurre con Leon alrededor) y cuando te quedas dormida luego de llevar horas y horas pensando. El ciclo de tu sueño está jodido, y seguirá jodido si continúas tomándote siestas de quién sabe cuántas horas. Pero justo ahora, estando tan cómoda, no tienes ánimos de pensar en ello.

O de pensar en absoluto.

No quieres volver a dormirte, solo poder disfrutar de un pequeño respiro.

El ambiente huele a crema corporal y champú y hay algo muy suave y cálido rozándote la cara.

Piel. Piel, sin duda alguna.

—Dios mío... —murmuras, con alivio. Te sientes en el cielo. O lo más cercano al cielo, y si el cielo se siente así de bien, no tendrías problemas con morir aquí y ahora, al lado de quién quiera que duerma contigo...

Hasta que recuerdas que la persona a tu lado, es Leon.

Y todo el aroma y las sensaciones que te rodean permanecen a su cuerpo dormido.

No es que te moleste, de todos modos.

"Después de todo, estamos casados, ¿no?"

Quieres ser egoísta, un ratito, aunque sea, y disfrutar de algo que en otra circunstancia sería lo cotidiano y lo normal. No hay nada romántico, mucho menos sexual, en dormirte pegada a Leon, es más bien una tregua entre los dos: un acto de paz, ¿tal vez? Deseas demostrarle que no hay rencores.

Que en realidad anhelas poder conocerlo más.

Y más, y más, y más...

Aún piensas en los mensajes de Luis, en si habrá respondido o seguirá ignorándote, pero tampoco sientes prisa por averiguarlo; conoces a Luis. El silencio es su respuesta, y saber que te está ignorando a propósito solo significaría una espina más a tu corazón malherido.

—¿Estás despierta? —la voz de Leon suena lenta, perezosa. E incluso así, el maldito te resulta atractivo y hasta sensual.

Sus brazos se aprietan un poquito más, lo que hace que tu cuerpo se vea atraído hacia el suyo, y la piel que está en contra de tu rostro palpita, ligeramente apresurada.

"Por favor, que no esté en su pecho... ¡En su pecho desnudo!"

No queriendo, abres los ojos.

En efecto.

Betrothed Hearts [RE4R | Leon S. Kennedy/Lector | AU]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang