XII

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No hay rosa

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No hay rosa... 

—¿T-tú? —logras pronunciar por fin, luego de unos segundos que te parecieron eternos. Leon pestañea, lentamente, y se remoja los labios con la punta de la lengua. Hasta él parece tardar en hacer reaccionar a su cerebro. 

Sus ojos bajan hasta tu boca. Lo sabes. No eres tonta. Y sus latidos también son prueba de lo que está pensando. Te acercas a su cuerpo y subes tu otra mano hasta cuello de Leon, que acaricias con las yemas de tus dedos.

No lo puedes saber, pero el tacto hace que Leon tenga escalofríos.

Hacía dos días, un poquito más, eran desconocidos e incluso hiciste que te llevara para encontrarte con Luis, ¿de repente pueden estar así de cerca, él pareciendo repentinamente querer devorarte a besos y tú tan tranquila para darle a entender que podría hacerlo? No sabes si es el rechazo de Luis, que Leon se haya abierto contigo, ser consciente que es guapísimo o todo junto y mezclado, lo que te hace querer desearlo.

Deseas probar sus labios. Que sus manos acaricien tu piel. Y de repente el ambiente se siente muy sofocante y caliente, y eso que Leon no ha hecho nada, más que sujetarte la mano.

Tu yo, adolescente, hormonal y ensoñador, te hace imaginar a Leon arrinconándote en este espacio relativamente reducido y oculto, en comparación al patio principal. Y te hace imaginar cosas extrañas, que ni siquiera cuando estuvieron abrazados en la misma cama fuiste capaz de imaginar.

La mano libre de Leon se desliza hasta que alcanza tu cadera y Fobos que seguía entre ambos se mueve. Él y Deimos se alejan de ustedes dos, saltando y lanzándose mordidas, y desapareciendo tras la vuelta de la pared, al lugar al que no te animaste a ir. Leon atrae tu cuerpo hacia el suyo y suspiras al sentir su calidez y su perfume cosquilleándote en la nariz.

—Creo que me... —reanuda, su voz mucho más ronca que antes, y sus dedos jugando traviesamente con el borde de tu blusa. Por momentos alcanzas a sentirlos, fríos, contra tu piel en contraste caliente bajo la ropa.

"¿Qué mierda está pasando? ¿No íbamos a desayunar?"

Pero antes de que Leon pueda continuar la puerta de la verja otra vez se abre. Lo sabes porque alcanzas a ver por el rabillo de tus ojos una figura femenina. Su cabello brillante y rubio se agita en el instante en que entra y todos los sonidos, que antes parecían casi ahogados, como si estuvieran bajo el agua, se vuelven reales. Tangibles y sonoros.

—¡Hola! —casi grita Ashley, segundos antes de verlos a los dos, pegados uno junto a otro. Ella se detiene en seco, con los ojos muy abiertos y luchando porque su mandíbula no se desplome.

Ambos tienen los rostros enrojecidos y Ashley, que conoce muy bien a su hermano, hasta alcanza a notar que está sudando y nervioso. 

—¿Hola? P-perdón, ¿interrumpí algo?

Betrothed Hearts [RE4R | Leon S. Kennedy/Lector | AU]Where stories live. Discover now