Betrothed Hearts [RE4R | Leon S. Kennedy/Lector | AU]

IX

Más vale pájaro en mano...

La mañana empieza como a ti te gusta: el aroma a café invadiéndote los sentidos y la calidez del sol bañando la habitación. Aunque es invierno, el pronóstico del clima de este día anuncia uno soleado, lo que significa que cualquier rastro de nieve del día pasado se derretirá a más tardar el medio día.

En la madrugada después de la pequeña discusión que tuviste con Leon los dos se retiraron. Tú subiste, sintiéndote más ligera y con los ánimos levantados, pese a que Leon dio a entender que no podría hacer nada para mejorar la situación; eso no significaba para ti que te dieras por vencida. Al volver a tu habitación hiciste una lista de pequeños objetivos que tendrías que cumplir.

Objetivos
Hacerme amiga de Ashley
Hablar con Luis
Hablar al trabajo
Recuperar mi rutina
Conseguir dinero

Es lo que se lee en el bloc de notas, en un archivo fijado, bajo el nombre de "Libertad", y hasta el final, luego de muchísimos espacios, está escrito:

Pedir el divorcio.

Esperas que, de hecho, Leon sea quien te proporcione el divorcio luego de recuperar un poco de tu independencia, sin necesidad alguna de llegar a términos incómodos. También esperas que ninguna de las dos familias pongan trabas, si tu plan consiste en dejarle a Leon tu "compañía".

El interés de las cabecillas Kennedy y de tu familia está en mantener ambos negocios entre personas conocidas, que las hagan crecer en conjunto. Leon podría conseguirse a otra mujer, interesada o no, y crear su propio linaje, mientras tú vuelves a tu antigua vida. Pero...

Uno de los objetivos están tachados. Luis no ha respondido ningún mensaje y, por el contrario, los últimos nunca fueron recibidos por él, lo que te dejó un mal sabor de boca durante todo el tiempo en que tardaste en conciliar el sueño.

Ahora, por la mañana, todos los mensajes han sido leídos y no existe ninguna respuesta por parte de Luis: silencio absoluto. Lo que interpretas como su respuesta, en sí.

¿Crees que funcione?

Si funciona, podríamos seguir juntos... Continuar con nuestras metas. Vivir juntos.

¿Qué dices?

Es lo que rezan los últimos tres mensajes. Incluso barajaste la posibilidad de marcarle, pero al final no lo hiciste.

Son las ocho de la mañana y el aroma a café molido sigue, persistente, colándose por las paredes y abriéndote el apetito. Siempre hay café en el molino de la cocina, aunque nunca llegaba el olor hasta tu habitación, así que, curiosa, asomas la cabeza por la puerta. Miras a ambos lados y olfateas, en busca de la fuente de dicho aroma: la dirección no proviene de las escaleras, como debería ser si fuera el café que se prepara en la cocina, sino que viene del lado contrario.