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— Dime una cosa.

— Mjm...

— ¿Que hacías con Jota esa noche en el cuarto?

— ¿Yo? No estaba con el. En realidad. ¿Tu que hacías ahí?

— Ahora que puedo hablarte con la verdad. Me sentía muy celosa y no podía permitir que se besen.

— Estás desquiciada.

— Si pero no me respondiste.

Se rió.

— No entré con el jamás, Marion. Eso en primero lugar. Y en segundo, la casa estaba desbordada. El único baño estaba con gente en fila para entrar y yo solo quería usar un espejo para ponerme el labial que me obsequiaste. Si esperaba a alguien, puedo asegurarte que pensaba solo en ti.

Rodee boca abajo en el suelo y la miré.

— ¿De verdad? — levanté las cejas.

Ella continuó con sus manos bajo su cabeza mirando el techo y solo se giró un poco para responder.

— Si — dijo con mucha calma. — cuando la puerta se abrió me asusté pensando que Jota entraría pero luego te vi y me besaste. No puedo explicarte lo confundida que me dejaste esa noche, también porque me dejaste sola y te fuiste. ¿Por qué lo hiciste?

— Estaba ...sensible. Tu llegaste con Nicole, y luego andabas con Jota. Todo se acumuló y no sabía qué pensar.

— Llevé a Nicole porque estaba asustada. Cuando casi nos besamos en tu casa luego de fastidiarme porque eras TAN LENTA... Estaba asustada si en verdad quería esto. Y ugh, ella estaba de trepadora contigo. No la podía ni ver abrazada a ti y tu te dejabas.

— Jota también estaba muy cerca de ti.

— Bueno no quería quedarme atrás. Además... Luego de que me besaste salí a buscarte y fue ahí cuando nos preocupamos por ti. No sabíamos que hacer sin meterte en problemas.

— Ya dije que lo lamentaba.

Ella giró y se subió un poco en mi recargando su cuerpo en mi pecho.

— Es tan loco que ... Desde el principio yo te daba todos los indicios y eras tan lenta, lo juro, a veces me irritabas.

— ¿Yo? Hanna tu no parabas de preguntar por mi chica secreta.

— ¡Porque sabía que era yo! Y no tenías el coraje de decírmelo. — me pega en el hombro. — Ay no me lo recuerdes que me altera. ¿Que no notabas lo nerviosa que me ponía contigo cerca?

— Ahora que lo dices me doy rabia yo misma — sostuve de su cintura y la dejé bajo mío en un movimiento. — Pero eso se acabó. Ahora eres mía.

Se sonrojó ligeramente y la atrapé en un beso delicado.

— ¿Qué sucede? — pregunté al ver una pequeña señal de preocupación al separarme.

— ¿Seguiremos juntas luego de la escuela?

Sonreí confundida — Claro que si. Es decir. Yo quiero seguir todo lo que se pueda.

— Lo sé pero... — acarició mi rostro y acomodó mi cabello — Mis padres... Ellos son un gran problema.

— ¿Por qué?

— Porque si elijo a papá me quedaré aquí. Seguiré siendo tu vecina y estudiaré aquí pero si me voy con mamá... Lo más probable es que nos vayamos. Ella no quiere sabe nada con el. Ni con este lugar.

— ¿Dejará la casa así como así?

Se encogió de hombros.

— Mamá se ocupa de absolutamente todos los gastos. Y la hipoteca de la casa está muy lejos de acabarse. Ella no puede sola. Lo más seguro para ella es irse y dejarle a cargo a él.  El problema es que le aterra que yo decida eso, por un lado porque siente que de mi depende todo por una elección de cariño más grande en uno con el otro, y por otra parte, no sé si mi padre sería capaz de cuidarme o al menos si sería capaz de solventar mis gastos necesarios.

Mi Dulce HannaWhere stories live. Discover now