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Después de tanto tiempo volvería a tener una clase de química acompañada de Hanna.

Ahora que rompió con Alex todo se facilitaba para mí.

Estuve esperando esa clase todo el día desde que llegué. Y al entrar me encontré con el rostro malhumorado de Alex y pensé entonces, que Hanna no se atrevería a sentarse conmigo luego de lo que pasó. Tampoco Blanca llegaba al salón aún, por lo que guardaba esperanzas de que sí.

Así que caminé hasta el fondo y pasé por la mesa de Alex , me observó con bronca y traté de evitar contacto visual pero sabía que me miraba. Yo en su lugar estaría igual de molesta.

Me coloqué la bata y esperé impaciente. La puerta se abrió y entró Hanna al fin. Tuve tanto miedo de que Blanca llegara primero.

Al pasar por varias mesas me encontró y me sonrió. Levantó su dedo pulgar y listo. Eso fue todo. Se quedó sentada adelante.

No me equivoqué cuando dije que no tendría valor.

Suspiré derrotada y me tumbé entre mis brazos sobre la mesada. Mordí mis labios. No hay nada que yo pueda hacer.

Sentí el calor de una mano sobre mi hombro y levanté la cabeza. Era Blanca con una sonrisa reluciente. Me saludó y se sentó.

Me había buscado a pesar de verme sentada en un lugar diferente al nuestro.

Y ya, la clase que tanto esperé poder compartir con Hanna, no fue para nada lo que esperaba.

Salí molesta al terminar la hora. Porque pensé ¿Qué habría de malo? ¿Acaso quería demostrarle a su ex noviecito que no tiene nada conmigo? Detesto pensar que eso puede ser así, ¿por qué querría demostrarle algo? Es patético. Hanna a veces me pones la piel de punta pero de la rabia.

— ¿Marian? — voltee — ¿Qué pasa, Blanca?

— Olvidaste tu celular — lo tomé lentamente. — Oh, gracias...

—  Oye... — dijo antes de que me fuera.

— ¿Si?

— ¿Puedo preguntarte algo? — suspiré desganada y asentí. Guardé mi teléfono.

— ¿Sientes algún tipo de rencor conmigo o algo así? — levanté mis cejas en sorpresa.

— ¿Qué? No. ¿Por qué?
— ¿Por qué? Siempre que trabajamos juntas lo haces sin ganas y siento que hasta me contestas mal... ¿Qué hice para merecer eso? Si fue por lo de Hanna yo-

— No. tienes razón — Asentí — Toda la razón. He sido una idiota contigo. Lo lamento mucho. — me rasqué la nuca con nerviosismo.

— Bien. Ojalá que nuestra relación de compañerismo progrese. Porque me agradas mucho — sonrió con amplitud y me contagió.

— Prometo intentar dejar ese comportamiento.

Ella se acercó con rapidez dejando un beso fugaz en mi mejilla y se fue. Detrás de ella apareció Hanna con una sonrisa pícara. Puse los ojos en blanco y me giré para irme, ella trotó hacia mí.

— ¿Mar? Oye... — tocó mi hombro y no me detuve. Suspiré.
— ¿Sip?

Caminamos juntas hasta nuestros casilleros acompañadas de una orda de estudiantes que iba y venía.

— Estás molesta conmigo — afirmó.
— Nop ¿Por qué creerías eso?

Abrí mi locker con ella a mi lado molestando con su presencia.

Ella resopla y se cruza de brazos. Ignoré por completo su berrinche pero luego empujó la puerta de mi casillero con su hombro y se metió frente a mí, bajo mi brazo. Me ruboricé con fuerza al verla tan cerca. Bajé mi mano tendida sobre encima de su hombro.

Mi Dulce HannaWhere stories live. Discover now