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Perdón que desaparecí, he estado enferma :'(


Al llegar al supermercado decidí esperar a Hanna en el auto, no fue mucho tiempo el que tardó, hasta había dejado la baliza prendida.  Cuando regresó, cerró la puerta y me invadió todo su perfume otra vez. Ahora debiamos continuar con la charla ya que se vio interrumpida cuando llegamos.

Ella tiró la bolsa en el asiento de atrás y nuevamente el carro tomó marcha. Se colocó el cinturón y acomodó su cabello castaño precioso.

Ella condujo y la observaba. Comenzó a reír, me confundí.

— ¿ Cómo, cómo te atreves a decirme princesa frente a mi padre ?- dijo de la manera más dulce que pude haber escuchado.

— ¿ No lo eres ? — sonrió sonrojada.

— Por favor, Mar. No lo vuelvas a hacer. — golpeó mi hombro ¿ Qué me decías sobre Vane ?

Mi sonrisa se borró lentamente, al poco tiempo ella notó que era algo medianamente grave.

— Bien. Ahora estoy preocupada.

— Ah, no es nada. Discutimos por lo mismo.

— Estoy segura que no fue nada. Para que estés así.

— ¿ Así cómo ?

— Mal.

— No estoy mal.

— Marian. — se quejó.

— Desde lo que pasó, no habíamos hablado sobre eso y hoy tuvimos el momento. Me dijo por qué lo había hecho, es decir, no es justificable pero sí comprensible en algún punto. De cualquier forma, me di cuenta que ambas fallamos, y que la juzgué mal todo este tiempo.

Su mirada flaqueó entre disgustada y preocupada. Sus ojitos marrones me miraron en la oscuridad del carro donde caía ya la noche. Volvió a concentrarse en el camino.

— ¿ Volverías con ella ?

— Oh, no. Claro que no — contesté de inmediato.
— Solo que  . . . Fue duro.

— ¿ Y qué tengo que ver yo ?

Enmudeci. Traté de encontrar la manera correcta de decir la verdad y ocultar lo demás por temor a su reacción. Entonces comencé lentamente.

— Bueno . . .  Me enfrentó hecha fuego hoy , celosa de ti. Diciendo que, si salía contigo me haría la vida imposible. Entonces, bueno. No recuerdo muy bien cómo pero terminamos pidiendo disculpas, sincerando, solo quería saber por qué cela de ti si jamás le di indicios o le conté a alguien lo que-

Me trabé sin poder terminar. Ambas Permanecimos en silencio.

Carraspeó luego de algunos segundos de agonía silenciosa.

— Y creíste que yo dije algo.

Asentí avergonzada e incómoda. Apretando mis muslos. Mirando hacia al frente , rígida.

— Si.

— No sé lo he dicho a nadie. Ni siquiera a Gemma.

— Oh. . . Entonces. Bueno. No sé quién más...

Inmediatamente pensé en Michelle. Claro, era la única en saber lo que pasó aquella noche en realidad. Si no fue Hanna, sin dudas, habria sido ella.

— ¿ Qué ? ¿ Quien ? — habló al momento que me había detenido a pensar .

— Tal vez Michelle — me cubrí el rostro avergonzada. Me sentía insuficiente y demasiado inmadura para afrontar este tipo de situaciones. ¡ Soy conciente de que estoy hablando del beso como si fuera levantarme temprano! ¡  O comerme un pan !

Mi Dulce HannaWhere stories live. Discover now