KALEB ® {03}

Capítulo 45.

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MYKE WALKER.

Vale. No puedo matarlo porque es útil en el hechizo que ayudará a mi mujer, pero nadie ha dicho que no pueda arrancarle los órganos y jugar con ellos mientras mira.

Han pasado dieciocho años y todavía no ha desaparecido definitivamente de mi vida, siempre regresa, hasta cuando lo encierran en el infierno más alejado. Siempre, siempre vuelve para incordiarme por toda la eternidad.

— Él y yo siendo uno somos más fuertes. Kaleb debe arrancarle la inmortalidad, pero nosotros debemos atraparlo y únicamente usando nuestra fuerza en conjunto podríamos conseguirlo. Con suerte no ha recuperado todo el poder, solo poco menos de la mitad y claro, ahora es mucho más vulnerable y débil. —explica con una amplia sonrisa. — Desgraciadamente compartimos la misma sangre, somos hermanos te guste o no.

— Tú no eres mi hermano, eres un ácaro pegado a mi culo.  —digo con las cejas fruncidas. Realmente no lo soporto.

— Lo que quieras, pero te aguantas y controlas ese carácter o me largo. Sin mí Tyler morirá.   —deja la cerveza y me mira satisfecho. — Solo tienes que tratarme bien, hermanito.

Yulima pone la mano en mi brazo justo en el momento en el que voy a inclinarme para darle un fuerte golpe en la cara. Él comienza a reír, pone los codos sobre la mesa y apoya la cara en sus manos para seguir mirándome. Le doy un golpe en el codo haciendo que su cabeza resbale hacia la mesa y se golpee la barbilla.

— Vuelve a llamarme así y te dejo encerrado en el palacio con tu amada Diana. —mis palabras le borran de inmediato la sonrisa. — Estoy seguro que a ella le encantará atormentarte cada segundo de su miserable existencia y yo amaré haceros una visita para ver como te pudres lentamente.

Enfurece. De solo oír el nombre de Diana su cara cambia por completo. No hay duda de que siente vergüenza y se odia a si mismo por haberse permitido amar a una persona para después matarla injustamente. Ahora la prefiere muerta porque no quiere enfrentarse al pasado que un día lo obligó a encerrarse al infierno por siglos.

— Sois como niños. —dice Yulima. — Si no supiera que es imposible, diría que algún día hasta os llevareis bien.

— Antes me mato yo mismo.  —contesta él.

— Tranquilo, no existe ni la más mínima posibilidad. De que incite a mi ahijada a que te mate sí, pero de tener una amistad contigo jamás. Antes me tiro a un mar repleto de tiburones.

— Sería una pena que su preciosa cara de ángel se la comieran los gusanos ¿No crees?  —la mira, sonríe y vuelve a mirarme.

— Inténtalo y verás lo que pasa contigo. 

— Oh, me duele que me veas como un monstruo.  —empieza a reír. Disfruta de sus maldades, ama ser así.

Vemos al chico Thiago correr de un lado a otro aterrado. Decido ignorar a Ethan y salir para ver que pasa. Alanna trata de calmarlo pero él no deja de actuar nervioso, parece que está entrando en una crisis de ansiedad y en un licántropo es algo un tanto peligroso. Si pierde el control es posible que se lleve a más de una persona por delante.