Capítulo 25.

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MYKE WALKER

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MYKE WALKER.

El llanto de Yulima, los gritos de todos los demás llenos de preguntas que no estamos preparados para responder. Todo me abruma. Decido ir a la cocina, perseguido por Kendo que me mira desde la puerta esperando que le cuente lo que Yulima y la chica temen decir. Él sabe que por mucho que me duela tengo el valor para contarlo sin derramar una sola lágrima y no porque no me afecte, si no porque aprendí durante años a controlar mis emociones, y actuar con la cabeza fría, sin dejarme llevar por lo que siento.

Kendo termina acercándose. Le miro cuando le doy un sorbo a la cerveza que acabo de sacar de la nevera.

– Mi hijo, Kendo. Mi hijo ha sido absorbido por su parte demoníaca y no sabes las cosas horribles que le ha dicho a su madre.

– Puedo imaginarlo. –Contesta. Se a lo que se refiere. Siempre ha creído que en la crueldad es en lo que más se parece Kaleb a mí.

– No tienes idea de cuanto poder tiene. Ha conseguido resucitar a su madre, pero eso le ha traído consecuencias y su corazón ha terminado partiéndose en dos. Ahora es sólo un demonio, sin parte humana.–Rio, pero solo es por la rabia que siento. – Es cruel, tan cruel que creo que me supera.

Ríe. No entiendo muy bien porqué lo hace, pero me quedo en silencio esperando sus razones. – Kaleb ya era cruel. Nunca ha medido sus palabras, lo sabes. Ahora quizás ese defecto ha empeorado, pero él siempre ha sido un chico muy cruel.

– No como ahora. Puede que haya sido cruel con todos, pero jamás con su madre.

– En eso tienes razón.

Me siento en una silla, sujetado la cerveza y bajo la cabeza muy desesperado. – ¿Cómo miro a Yulima, sabiendo qué es muy probable que nuestro hijo no vuelva?

– Espera. Tú volviste, y también tu parte humana murió.

– Yo tenía a Yulima. Ella me persiguió e hizo lo imposible para hacerme volver. –Miro a la chica desde donde estoy. Ella está parada mirando la situación. – Yo la amaba como un loco y me mantuvo cuerdo cuando no podía más. Él no creo que sienta lo mismo por ella.

– ¿Crees qué no la quiere? No podemos saberlo.

– Creo que no tuvo tiempo suficiente para enamorarse de ella. No de la manera en la que dos personas destinadas se aman ¿Comprendes?

– Un momento, hermano. Sabes que mi ahijado no compartía con nadie sus sentimientos, pero todos nos dimos cuenta de como sonreía cuando en su vida apareció esta chica. –Supiro. Realmente no tengo la esperanza que él tiene. – Esa sonrisa me recordó a ti cuando la conociste a Yulima.

– Ojalá, porque de no sentir nada por ella. . . el mundo está perdido.

Salimos de la cocina. Mi nena sigue sentada en el sofá con las manos en el rostro llorando sin consuelo. Sé que se siente culpable de todo lo que está pasando, eso me duele y me rompe el corazón. Verla llorar para mí es como si me arrancasen el corazón y lo estrujaran, no puedo soportarlo.
Me siento a su lado, le paso el brazo por encima y al notar que soy yo hunde la cabeza en mi pecho.

KALEB ® {03}Where stories live. Discover now