Capítulo 44

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KALEB WALKER.

Intervengo de inmediato en el absurdo enfrentamiento que ambas están dispuestas a tener. Nunca antes me hubiera imaginado a Alanna así, mucho menos dispuesta a pelear contra otra persona. Es un ángel sí, destinada a tener un poder angelical único y muy poderoso, pero jamás pensé que en algún momento estaríamos en esta posición. Ella está dispuesta a pelear para defender a Thiago y Eda está preparada para pasar por encima de cualquiera para saciar sus deseos de venganza.

La sujeto. Eda no quiere irse sin acabar lo que ha empezado, Thiago es el último lobo vivo de la manada culpable de la muerte de su hermano y ella no ve más allá de ese dolor. A pesar de que su cuerpo expulsa un fuego invisible que me quema las manos, no dejo de sujetarla. Sus ojos siguen perdidos, como si no fuera ella la que está frente a mí dispuesta a todo. El dolor la ha cegado, no quiere entender, no pretende entrar en razón, solo quiere que el dolor termine y la única manera que ha encontrado para hacerlo desaparecer es acabando con todos los que son parte de la manada.

Alanna es poderosa, tanto como para matar a un demonio como Ethan, pero no esta lista para pelear con Eda. No ahora. No cuando recién esta aprendiendo y conociendo los alcances de su poder. No podría darle pelea, Eda no le daría la oportunidad e incluso llegaría a matarla.

— Has matado a los culpables, detente. —pido en voz baja. Levanta la cabeza y me asombro al ver sus ojos encharcados en sangre.

Me aparta furiosa. No lo acepta, no lo aceptará. Levanta las manos y tras ella los árboles comienzan a caer a nuestro alrededor como piezas de domino. Cientos de raíces salen del suelo bajo sus órdenes y comienzan a atacarme para quitarme del camino.

— ¡Hijo! —grita papá. — ¡Maldita sea, defiéndete!

Las raíces se clavan en mi cuerpo como cuchillas que perforan y me traspasan. Mamá grita, papá grita, Kendo sujeta a Alanna para que no interfiera y yo simplemente quedo inmóvil.

Cierro los ojos mientras todos me gritan y pienso en ella. En como era cuando la conocí. En como conseguía hacerme reír sin esfuerzo y conseguía hacerme sentir normal. Toda su vida se derrumbó cuando vino a buscarme, cuando me conoció. Desde que supe que estaba condenado a tener un ancla, temí, me asustaba que por mi culpa también perdiera a todos los que ama, al igual que mamá perdió a su hermano y tuvo que renunciar a todo por papá. Ahora ella lo ha perdido todo, lo único que tenía y no puede vivir con ello.

Abro los ojos. Mi cuerpo no está paralizado, solo no quiero hacerle daño pero no puedo permitir que lo próximo que destruya sea mi casa. Agarro las raíces y las quemo completas hasta que caen calcinadas. Las heridas de mi cuerpo se curan por completo al instante me trasporto detrás de ella para sujetarla e impedir que siga causando más destrozos. Con rapidez me la llevo lejos de mi casa y paramos en la cueva donde pasamos la noche por primera vez juntos con su hermano.

KALEB ® {03}Where stories live. Discover now