KALEB ® {03}

Capítulo 23.

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KALEB.

Mi mundo se desmorona.

Lucifer se burla de la situación, y papá expresa su rabia lanzándose sobre él. Mamá cierra los ojos haciendo reales mis peores temores y Eda por mucho que trata de aguantar, también termina vencida por el cansancio y la pérdida de sangre. El demonio huye, escapa de mis garras antes de que lo atrape y le haga vivir la muerte más dolorosa.

— ¡No! —Grita papá al darse cuenta que mamá ya no reacciona a sus palabras. — Nena, por favor.

— Ha sido más satisfactorio de lo que pensaba. He estado mucho tiempo esperando este momento. —Dice Lucifer. — Lo mejor es que ninguna de las dos podrá volver a subir, la humana quedará en el infierno por toda la eternidad y la bruja arderá en el infierno con sus antepasados.

No. No permitiré que eso ocurra.

Me siento a un lado, analizando todo lo ocurrido y las posibilidades que tengo, pero ninguna es valida para mamá aunque eso salve a Eda. No puedo elegir entre salvarla a ella y dejar morir a mi madre, jamás lo haría.
Papá estalla. Dijo que solamente haría salir su lado demoniaco por su familia, pero puede que ahora lo haga por mamá y por el profundo dolor de perderla. Todavía no está muerta, puedo oír su corazón débil desde aquí pero eso no cambia que todo esto haya ocurrido por venir a buscarme.

— No deberíais haber venido. —Le digo a papá, mientras destroza a todo ser demoniaco que se cruza en su camino hasta Lucifer. — Por venir aquí esto esta pasando.

— Por querer salvarnos esto esta pasando. Hijo, nuestra obligación es salvarte, pero tú solo tienes que pensar con sensatez y no lo has hecho. Has arriesgado todo lo que te hemos enseñado.

— ¿De verdad piensas qué os habría dejado morir? —Pregunto furioso— ¡No! No me importa los riesgos, jamás os habría dejado morir.

Camino hasta Eda, arrastro su cuerpo hasta acercarlo lo más posible a mamá y me coloco en el medio de las dos, bajo la mirada de papá y Lucifer que no deja de mirarme con admiración. Papá trata de evitar cualquier cosa pero le impido acercarse colocando una barrera que ni siquiera él podría cruzar. En todo este tiempo he aprendido a hacer una más difícil para él y eso tengo que agradecérselo a Jenna que me enseñó todo lo que necesitaba saber.

— No lo hagas.

— Puedo tomar mis propias decisiones. Vuestro problema es que creéis que sobre protegiéndome estáis haciendo lo correcto ¡Pero soy inmortal y más poderoso que cualquier otro ser! Puedo y voy a tomar mis propias decisiones.

— Tu madre jamás aceptará que por salvarla lo pongas todo en peligro.

— ¡Es mamá! —le grito. — Puede hacer todo el berrinche que quiera, pero no pienso dejarla morir y sé que tú también eres capaz de todo para salvarla.