Capítulo 43.

3.1K 327 40
                                    

🤍

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

🤍

EDA MARSHALL.

Quema.

Mi corazón arde en llamas. Un inmenso dolor rompe mi alma en mil pedazos. Nunca he sentido un dolor igual y jamás nada me dolerá de la misma manera. Todo mi mundo se ha venido abajo, mi vida ha dejado de tener todo el sentido que tenía y mi cuerpo no responde, ni siquiera puedo avanzar. Solo escucho la voz de la chica tras de mí, como un leve susurro que apenas escucho.

Lo vi nacer, lo sostuve en mis brazos y le prometí que lo cuidaría. Él era lo único genuino que la vida me había regalado, lo único que me mantenía cuerda y me sostenía. Cuando llegó, una noche de primavera en la que llovía, y vi sus ojitos por primera vez, me recuperé de todo ese dolor que sentía. Erick me salvó de todas las maneras posibles en las que se puede salvar a una persona. Nuestra conexión fue tan inmediata, tan bonita, que nunca más nos separamos. Siempre estaba conmigo, no le importaba que tan familiar se hubiera convertido la manada para él, nunca me abandonaba, venía conmigo en todas mis aventuras y cuidábamos el uno del otro.

Ahora sostengo en mis brazos su cadáver, así como un día lo sostuve a él por primera vez.

— Eda... —de nuevo ella. La chica que me ha acompañado hasta aquí.

— ¿Cómo sabías por dónde caminar para encontrarlo? —pregunto.

— Él suele cazar por esta zona, muchas veces lo hemos hecho juntos. No pensarás que yo he podido hacerle esto ¿No? —retrocede. El sonido de las ramas crujiendo delatan sus intenciones de huir. — Erick era mucho más fuerte que yo, no podría haberlo matado aunque quisiera.

— ¿Por qué lo has dejado cazar solo? —pregunto. Esta vez mirándola fijamente.

— El alfa me mandó a hacer otra cosa y a él lo envió aquí. Casi nunca permite a ningún lobo cazar en solitario porque solemos ir en manada. —contesta con la voz temblorosa.

Recojo el cuerpo de mi hermano. No puedo mirarle. Esta lleno de rasguños, cubierto de sangre e incluso algunas de sus extremidades están casi arrancadas. La persona que hizo esto sabía muy bien que hacía, a quien se lo hacía y como conseguir que lo encontráramos antes de su descomposición.

Camino con él en mis brazos. No puedo llorar, algo me lo impide. Solo siento una inmensa e incontrolable rabia que en algún momento saldrá disparada. Todos me miran, quedan perplejos ante la situación y avanzan con rapidez para socorrerme, pero de inmediato lo impido con mi magia. Dejo a mi hermano en el suelo, en medio de las cabañas donde duermen, justo donde realizan las hogueras. El lobo alfa llega de inmediato, alertado por algunos que han huido de inmediato a darle la noticia.

— ¿Qué ha sucedido? —pregunta desde la distancia.

— ¿Por qué has enviado a mi hermano a cazar solo? —realizo la pregunta manteniendo la poca serenidad que me queda.

KALEB ® {03}Where stories live. Discover now