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Lauren J.

—Hola, soy yo.

—Oye hombre, tuve la intención de llamarte —dije en el teléfono.

Andy y yo no habíamos hablado en más de una semana desde que le dije a su esposa que se jodiera y salí de su casa. Definitivamente no quería tener esta conversación mientras caminaba arriba y abajo por los pasillos de la tienda de comestibles, pero no quería posponerlo por más tiempo tampoco.

—Lo sé, debería haberte llamado también. Esta semana está pateándome el culo. —Andy suspiró en el otro extremo de la línea—. Escucha, Lauren, lo siento mucho por Blaire. Era evidente que tuvo demasiado de beber y actuó como una puta total, no que el alcohol tuviera toda la culpa.

—Ya pasó, no es gran cosa —le dije, con ganas de dejar esto atrás.

Escuchar a mi mejor amigo disculparse y compensar excusas por el comportamiento ridículo de su esposa me ponía incómoda, pero él tenía que saber que era en serio lo que dije.

—La última parte si la dije en serio, sobre nuestra relación. Espero mantener a Camila alrededor durante mucho tiempo, y si alguna vez Blaire la trata así de nuevo, nuestro contrato tomará el golpe.

¿Froot Loops o Capitán Crunch? A la mierda, voy a comprar ambas cosas.

—Lo sé. Reproché su culo cuando ustedes se fueron, no sobre el contrato, sin embargo, más acerca de ser un ser humano decente. Espero que haya funcionado, no sé.

Sonaba derrotado y por un momento, me compadecí de él, pero tomó la decisión de casarse con ella. Actuaba de la misma manera en la universidad, como si fuera mejor que todos, sin filtro, sin importarle cómo trataba a la gente... si yo hubiese sido Andy, me habría transferido de escuela y conseguido estar lo más lejos posible.

—También lo espero.

—Escucha, la otra razón por la que estoy llamando... es que tengo que hacer las reservas para la cena en dos semanas. —Su tono cambió al instante y se volvió todo negocios; era bueno en eso—. Te apuntas en serio, ¿no? Más te vale que lo hagas.

—¿Qué cena? —Estaba desorientada en cuanto a lo que estaba hablando.

—La doceava Cena Benéfica Anual de los Wilds Junior.

Eso es correcto.

—Uh, me olvidé del asunto, para ser honesta.

—De acuerdo, es bueno que te lo recordara entonces. Tienes que estar allí, Lauren, eres la capitana del equipo. —Andy sonaba irritado, pero por lo general se ponía así cuando dejaba en espera las cosas importantes, o me olvidaba de firmar documentos importantes, o me arrestaba por nadar desnuda en fuentes.

—Estaré allí, estaré allí.
—¿Cuántas personas incluyo en tu reservación? ¿Una o dos? —preguntó con cautela.

No dudé con mi respuesta.

—Dos.

Unos pocos minutos más de charla sin sentido y Andy y yo estábamos de vuelta a la normalidad, como si nada hubiera ocurrido. Colgamos, coloqué mi teléfono en mi bolsillo trasero y cogí una de esas realmente geniales tizas que brillan en la oscuridad que pensé que las chicas les encantaría. Tiré las compras en mi carro y
escuché a alguien reírse detrás de mí.

—¿No crees que eres un poco mayor para las tizas brillantes? —me susurró una voz familiar.

Me di la vuelta y me encontré con Kendall.

—Hola —dije nerviosamente.

—¿Hola? ¿Todo lo que consigo es hola? - Caminó hacia mí, plantando un beso en mi mejilla.

Room For YouWhere stories live. Discover now