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Camila C.

Perdí todo el control de mi cuerpo y dejé mi cabeza caer sobre el hombro de Lauren mientras ella besaba suavemente su camino por el costado de mi cuello. Sus dedos ligeramente barrieron arriba y abajo por mis brazos, cubriéndolos con piel de gallina mientras dejé salir un suave gemido.

—He deseado hacer esto desde hace dos días —murmuró contra la base de mi cuello—. Y ahora que finalmente te he tocado, no voy a ser capaz de detenerme.

Sus palabras fueron intoxicantes y mi cuerpo ya estaba ebrio de lujuria. Mis pechos se sentían pesados, mis pezones empujaban contra la constrictiva tela de algodón de mi sostén. Ella continuaba besando mi cuello mientras deslizaba una mano dentro de mi sostén, burlando, amasando mis hinchados y necesitados pechos. Cuando sus dedos sujetaron suavemente mi pezón, dejé salir un siseo y se situó detrás de mí, dejándome sentir su excitación a través de sus vaqueros.

—Sigue haciendo ruidos como ese, y esto no va a durar mucho —gruñó mientras me giraba alrededor para enfrentarla. Agarré el botón de su jean y rebusqué para abrirlo.Sus ojos estaban encendidos, incitándome con su resplandor.

—Lento, Camila.

—¡Camila! ¡Camila! —Escuché a mi mamá llamar. Levanté mi cabeza de mi almohada, abrí un ojo y miré a mi mamá de pie en el marco de la puerta de mi habitación.

—Es pasadas las diez. Nunca duermes así de tarde. ¿Estás enferma?

Miré el reloj en mi mesa de noche, y suficientemente segura, leí las 10:07.

—No, mamá, no estoy enferma, solo cansada. ¿Las chicas están todavía dormidas? —pregunté.

—No, las levanté, vestí y alimenté así podrías dormir un poco más. Esto no es como tú.

—Estoy bien, mamá. Estaré fuera en un minuto, ¿está bien? —dije en una bruma aturdida, desesperada por que se fuera rápidamente así podría volver a dormir y seguir donde Lauren y yo la dejamos.

—Seguro, cariño, tomate tú tiempo. Solo quería revisar y asegurarme de que no estuvieras enferma. —Sonrío y cerró la puerta suavemente detrás de ella.

Enterré mi cara en mi almohada de la forma en que había estado cuando ella me despertó y cerré mis ojos apretadamente, determinada a volver al sueño rápido y tener las manos de Lauren explorando mi cuerpo otra vez.
Me acosté ahí por diez minutos, entonces me levanté, descansé sobre mi espalda en frustración y miré al techo. Esa fue más acción de la que he visto en años y ni siquiera estaba consciente de eso.Miré hacia el reloj de nuevo… 10:19. El café iba a ser mi mejor amigo este día, pero supongo que eso es lo que pasa cuando te quedas despierta hasta las 3:00 de la
mañana, hablando.

¿Cómo podría no querer quedarme despierta hasta tarde y hablar con ella después de verla de pie ahí con esa encantadora, juvenil sonrisa en su cara y su jean alrededor de sus tobillos?

Sus amplios hombros y cincelado cuerpo hicieron imposible no mirar. Ella era irresistible y lo sabía. No lo lamentaba sin embargo. Tuvimos una noche genial con incluso una
mejor conversación. Pasamos horas comiendo en Twizzlers y hablando de todo… libros, películas, nuestras familias. No tuve mucho para contribuir a esa parte de la conversación.
Mientras mi pequeña familia era feliz, no íbamos a estar pronto en un poster de la
típica familia americana. Fui hija única. Mis padres se divorciaron cuando tenía 10, y no he visto a mi papá desde entonces, fin de la historia. La familia de Lauren sonaba como el opuesto exacto de la mía. Sus padres estaban felizmente casados por sobre los treinta años, tenía una hermana y todavía iba a casa a visitarlos a menudo, cuando no estaba viajando por su trabajo de ventas. Hablamos sobre su trabajo brevemente, aunque ella parecía bastante aburrida con eso y cambió el tema cada vez que yo lo traía.

Room For YouWhere stories live. Discover now