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—No puedes abrir los ojos, aún no— dijo Heeseung, mientras pasaba su mano y la agitaba frente a Sunoo para saber si estaba viendo algo. Al asegurarse de que no estaba observando nada entonces se apartó rápidamente de el para encender las velas.

—¿Falta mucho?— preguntó Sunoo mientras fingiendo estar aburrido, pero en realidad era todo lo contrario.

Heeseung se posicionó a un lado de Sunoo con una enorme sonrisa, estaba completamente satisfecho de su trabajo por lo que dijo lo siguiente. —Creo que te gustará, ya puedes abrir los ojos.

—¡No puedo creerlo!, ¿todo esto lo hiciste tu?, me gustó muchísimo— preguntó Sunoo mientras veía a Heeseung con un lindo puchero.

—Sí, me costó mucho trabajo, pero cuando te gusta cenar en lugares elegantes, y ya que no has podido hacerlo por obvias razones entonces te preparé esta sorpresa.— comentó el alfa mientras ayudaba a Sunoo a sentarse.

—Muchísimas gracias, eres tan dulce— mencionó Sunoo pelliscando su mejilla para luego darle un largo y sonoro besito en esta, haciendo al alfa sonrojarse y sentirse orgulloso de todo el esfuerzo y amor que le había puesto a esto.

—Te mereces algo por todo esto.

—¿Algo como que?— preguntó el mayor con entusiasmo mientras, se agachaba frente a Sunoo.

—Algo como esto quizás— mencionó Sunoo tomando con ambas manos el rostro del alfa, para dejar un pequeño pico en sus labios, poniendo tímido a su mayor quien sonrió de manera nerviosa con un sonrojo en sus mejillas.

—¿Solo uno?, creo que merecía más por todo mi esfuerzo— reprochó Heeseung, mientras Sunoo dejaba muchos picos en sus labios.

—¿Así o quieres muchos más?—preguntó Sunoo dejando escapar un risa tierna, mientras veía a Heeseung asentir rápidamente en respuesta, indicándole que si quería muchos más de sus besos.

Así pasó la cena romántica entre ambos chicos, llena de risas besos y compartiendo recuerdos de su niñez y parte de su adolescencia, acabando con ambos chicos abrazados, mientras la luz de la luna iluminaba la habitación.

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Los meses ya habían pasado mucho más rápido de lo esperando, dejando a Heeseung y a Sunoo asombrados, pues ahora mismo se encontraban el mejor hospital de París, donde por fin Sunoo tendrían a su pequeña cachorra entre sus brazos.

—Recuerden mantener todo esto en secreto, los medios no pueden enterarse y si eso llegase a suceder la culpa recaerá sobre ustedes y créanme cuando digo que Sunoo no va a ser nada generoso, puede destruír este hospital con solo un chasquido proporcionado por sus dedos. Además hará que firmen este acuerdo de confidencialidad. — amenazó Heeseung al director, mientras les dejaba un maletín con millones de euros y el acuerdo de confidencialidad en su escritorio.

—¿Me está amenazando?— alzó una ceja el alfa, mientras tomaba un plumón y firmaba el acuerdo. 

—No es una amenaza, es una advertencia— mencionó Heeseung, mientras tomaba entre sus manos el acuerdo y hacía una reverencia antes de salir de la oficina.

—¿Sun?— contestó la llamada el alfa, mientras corría hasta la  habitación de hospital donde el se encontraba.

—Ya casi es hora, ¿mamá y papá no han llegado acáa París?— dijo Sunoo de manera débil, mientras acariciaba su enorme panza.

—Su vuelo había atrasado unas cuantas horas, así que lo más seguro es que lleguen tarde, colgaré porque iré ahora mismo a tu habitación cielo.— dijo el alfa, mientras veía la hora en su reloj.

Mi pequeño alfita (sungsun)Where stories live. Discover now