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Sunoo decidió bloquear sus emociones, no quería que Sunghoon sintiera lo triste que se encontraba, debido que este podía sentirlas a través de su lazo.

El omega se encontraba dormido en el hombro de su mejor amigo. Este nunca había cambiado de posición desde que llegó a su casa. Él simplemente le explicó lo que sucedió, para luego sentarse en sus piernas y hundir su cabeza en el cuello del alfa, tratando de calmarse con su aroma, pues desde hace mucho estaba llorando.

Un pequeño suspiro salió de los labios del mayor, mientras acariciaba la espalda de Sunoo. El había prometido cuidarlo a el y también a su corazón, por lo que se sentía culpable por ver a su mejor amigo de tal manera. Era realmente doloroso ante sus ojos.

Abrazó el cuerpo de Sunoo con cuidado de no despertarlo y lo alzó entre sus brazos para llevarlo a su habitación, pues este se había quedado dormido luego de haber estado llorando por horas. Apenas su cuerpo hizo contacto con su suave colchón, decidió dormir junto a Sunoo y su relajante y delicioso aroma, quedándose dormido en cuestión de segundos.

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Sunghoon.

Una amiga de Sunghoon había ido a su casa, pues estarían haciendo un proyecto importante y tenía que salir todo perfecto, así que decidieron juntarse en la casa del alfa para poder terminarlo.

—¿Viene mami sunie?—preguntó Jungwon corriendo hasta Sunghoon, pues este estaba haciendo una llamada.

—No cariño, vendrá una amiga a hacer un trabajo conmigo—cubrió la bocina de su celular para no ser escuchado por aquella omega.

—Yo quería que viniera mami—puchereó Jungwon corriendo a su habitación con enojo, pues extrañaba mucho a Sunoo.

—Lo lamento— susurró Sunghoon en dirección a su hermanito, quien mo había oído sus palabras, se había encerrado en su habitación para no ver su cara.

—Oppa ya estoy por llegar— mencionó la omega con dulzura, mientras seguía caminando hacia la casa de su amigo.

—Bien, colgaré el teléfono.

Un minuto después pudo oír como la puerta de su hogar estaba siendo tocada, seguramente por aquella chica, pues no estaba esperando a nadie más.

—¡Oppa!—sonrió la omega con alegría, mientras abrazaba fuertemente al chico que le gustaba.

—Puedes entrar—dijo Sunghoon mientras se hacía un lado para que está pudiese entrar.

—Gracias, compermiso— volvió a decir la chica para luego quedarse parada al lado de Sunghoon, quien ofreció asiento y algo para tomar.

—Papi—corrió jungwon hasta llegar hasta el, tal y como si hubiese olvidado que hace unos minutos estaba enojado con el. —¡Mira el dibujo que hice, estamos tu, mami sunie y yo tomados de la mano!— dió pequeños saltitos jungwon, mientras su sonrisa mostraba sus tiernos hoyuelos.

—Lo colgaré en el refrigerador y cuando mami vuelva se lo muestras—sonrió el alfa con ternura y poco de dolor, pues el también extrañaba a Sunoo.

—¿Y que es esto?— preguntó señalando aquello redondo que estaba dibujado en la barriguita la de Sunoo.

—Pues... dibujé muchos dicen que cuantos tienes un barriguita redonda y grande y es porque la cigüeña puso un bebé dentro y yo quiero tener un hermanito— sonrió Jungwon mientras veía las mejillas de Sunghoon pintarse de color carmín ante la idea de ver a Sunoo con una tierras pancita.

La omega carraspeó incómoda para llamar la atención de Sunghoon, pues aquella conversación entre el niño y su futuro alfa estaba siendo molesta para ella.

Mi pequeño alfita (sungsun)Where stories live. Discover now