El Rey del Inframundo - Mairimashita Iruma Kun (Yaoi 18+)

Mis recuerdos.

Buenas noches!!!!

Tarde, pero actualizando en viernes que es lo que importa jajajajajaja

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 13.

 
El clan Naberius bramaba por justicia, el emperador del rayo estaba sobre Sullivan literalmente y el jefe de seguridad de la policía del inframundo Henri estaba furioso y todos estaban dentro de la oficina del director listos para poner sus manos sobre el demonio que había atacado a Iruma.

Cuando Balam había detenido al intruso que quiso dañar a Iruma se le notificó de inmediato a Kalego, el cual llegó en un parpadeó para asegurarse de que su hijo estaba a salvo y aparte para matar al maldito que se había atrevido a acercarse a él, cuando Rouge y Narnia se habían enterado habían exigido tener en sus garras al demonio culpable para darle un castigo ejemplar, Sullivan le habló a Henri para que se lo llevara antes de que el clan Naberius hiciera justicia con sus propios dientes, pero avisarle al pelirrojo fue peor, ya que por avisarle a él Baal se había enterado y ambas coronas ahora estaban ahí listas para matar al demonio responsable de dicho ataque.

Todos parecían listos para matar al intruso, pero Sullivan quería interrogarlo, saber porque había atacado a Iruma y quien lo había mandado, pero al parecer ninguno de los presentes tenía la cabeza suficiente para poder pensar claramente y tomar buenas decisiones.

 
-       Sullivan – rugió Rouge de todos era el que tenía el poder para exigir algo de manera más imperiosa que los demás – entrega al demonio, trató de dañar a mi nieto, así que el clan Naberius exige su cabeza – Narnia y Kalego enseñaban los dientes demostrando que estaban de acuerdo con su padre.

-       La policía del inframundo ejecutará la sentencia inmediata – dijo Henri – ese demonio no puede seguir con vida después de atacar a un niño, así que es mejor que me lo entregue a mi Sullivan – sama – el pelirrojo tampoco parecía muy feliz con que el demonio continuara sin castigo, él había querido acabar con su bella luz, era lo último que tenía de su antiguó Rey y casi lo pierde, sentía que la locura lo invadía de solo pensar en que Iruma no estuviera vivo.

-       Sullivan – sama, estos actos son penados al instante, si no mal recuerdo nadie debería de amenazar a un niño, ¿además que clase de seguridad hay en este lugar? ¿qué acaso tus maestros no sirven para proteger a los alumnos? – el director no sabía como detener dicha explosión de enojo, poco a poco todos empezaban a tener su ciclo de maldad, pero justo cuando creyó que tendría que someterlos a todos con su poder Iruma abrió la puerta de la dirección.

-       Abuelo – el menor corrió a los brazos del patriarca y lo abrazó para sentirse seguro de nuevo, el enojo del clan Naberius se apaciguó de inmediato los tres enormes perros abrazaron a Iruma para asegurarse que estaba a salvo, el peli azul vio a Baal ahí presente y se sorprendió - ¿tío Baal? No sabía que vendrías – se acercó al rubio y lo abrazo, con ese abrazo el emperador calmó su furia, pero aun así culpaba a Sullivan de que su futuro cuñado hubiera sufrido un ataque sorpresa – hola Jerry – el pelirrojo sintió que todas las horribles imágenes de Iruma muerto se borraban y verlo vivo lo había regresado a la realidad.

-       Iruma – se inclinó a la altura del menor y este también le regaló un abrazo, al parecer todos estaban demasiado nerviosos ahí adentro. Balam vio como el animo que se había encendido como pólvora se apagaba en un segundo, no entendía como Iruma tenía tanto poder sobre esos demonios de alta categoría.

-       Me alegro verlos a todos aquí, saber que ustedes me quieren tanto llena mi corazón de alegría – la sonrisa se Iruma iluminó todo el salón y Sullivan veía como el poder salía del cuerpo del menor en forma de pequeñas burbujas azules, burbujas que rodeaban a los demonios que tenía delante y ellos parecían emborracharse con ese poder, al borde de derretirse sobre la misma mano del menor – director perdón si he causado molestias – el menor le pidió una disculpa y Sullivan sintió como ese poder empezaba a rodearlo a él, ahora entendía porque podía gobernar a esos demonios, ese calor que emanaba el peli azul era demasiado adictivo.