El Rey del Inframundo - Mairimashita Iruma Kun (Yaoi 18+)

9 años.

Buenos días!!!

Día de actualización, temprano como siempre, porque es el único momento que tengo para hacerlo... u.u la vida de adulto es horrible.

Bueno este capítulo es un poco más largo que los demás, ya que hay mucho contexto jajajajaja esperemos que pronto llegamos a lo bueno del asunto jajajajaja.

En fin espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Notas:

1. Aquí coloco el nombre de Seis Dedos, pero solo para hacer referencia a los personajes que ya todos conocemos, pero no es que los personajes dentro del fanfic sepan que ellos son los Seis Dedos.
2. Puse estos simbolos +++++ para separar escenas, ya que Wattpad me esta juntando todo y no respeta los espacios que dejo, para que tenga más orden.
3.

Capítulo 5.

Iruma cumplía 7 años, había sido criado por todo el clan Naberius dentro de casa, conocía a todos los amigos de su padre, de su tío y de sus abuelos, solamente gente selecta tenía permitido dirigirle la palabra al menor, su abuelo se había encargado de eso personalmente. Se había hecho costumbre que Baal fuera a casa una o dos veces por semana y junto a su tío Narnia le habían dicho que solo los más fuertes podían estar dentro de la mansión y de esa manera no solo asegurar la seguridad del emperador del rayo, sino que también la seguridad de los niños.

Con ese pensamiento Narnia y su padre insistieron en probar la fuerza de sus seis dedos, ambos miembros de clan Naberius eran poderosos por lo cual la pelea fue bastante reñida e Iruma se emocionó al ver a todos jugando “a las luchas”, Kalego al ver tremenda masacre pensó que era demasiado exagerado por parte de su familia probar de esa manera a los guardaespaldas, pero al ver que eran tan poderosos pensó que su hijo estaría a salvo, pero también corría peligro al tener a esos sujetos tan cerca, así que no sabía que tan bueno era realmente que ellos estuvieran presentes en la mansión.

Otra cosa que a Kalego le incomodaba era la presencia del emperador, no podía entender porque una de las 13 coronas era tan insistente en convivir con su familia, entendía que Henry estuviera presente en su casa, pero Baal era una persona que el perro guardián sentía como una amenaza a la vida de su hijo, tenía ganas de echarlo de la casa, pero era una locura acabaría muerto antes de poder terminar de pronunciar las palabras “fuera de esta casa”, además estaba el hecho de que su hijo ya le había dicho que eran malos demonios y no era para menos, su sonrisa era tan retorcida como la de Kirio y sentía repelos de solo tenerlos cerca, pero su hijo le decía “tío” a ese rubio agrio y el emperador parecía sentir bastante cariño por el menor.

Desde que Kirio e Iruma eran amigos Baal parecía especialmente interesado en que convivieran juntos, así que procuraba que siempre hubiera alguien disponible para llevar a Kirio a la mansión Naberius. Kirio era la joya preciada del emperador, un niño al cual había “adoptado” como su hermano y lo cuidaba como tal, así que el hecho de que Iruma hiciera sonreír al peli verde parecía ser suficiente razón para que Baal dejara que ambos niños fueran amigos y aparte para dejar que el peli azul lo llamara tío, le saltara encima para abrazarlo y jugar con él un buen rato.

 
-       Iruma – Amy llegó ese día solo con los guardaespaldas de su hermano, cosa que a Iruma le dio miedo a pesar de que ya no sonreían de manera espeluznante, pero él sabía lo que escondían esas sonrisas y no se sentía a gusto – hoy mi hermano me dejó venir solo, así que podré quedarme todo el tiempo que quieras – el peli verde se derretía al convivir con él menor así que de cierta manera amaba poder estar con él todo el tiempo posible, desde que su hermano lo había adoptado había conocido solo demonios malvados, con ansias de matar, que regresaban a sus orígenes y querían destruir todo a su paso, pero Iruma era diferente a todo lo que conocía, él sonreía sin importar nada, le hablaba con tanto amor y ternura, cosa que jamás había recibido en ningún lado, a pesar de que su hermano le había abierto las puertas de su familia no había recibido cariño, siempre le habían inculcado que los demonios debían ser crueles y deshacerse de todos aquellos que se les oponían, pero la sonrisa de Iruma le demostraba que el inframundo no era tan horrible como él creía.