Capítulo 24: Prima lejana

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Maratón 4/6

Forks, 2006.

Había escuchado el rumor de que había una familia de mismo apellido, justo en la Reserva Quileute, según Demetri la joven se llamaba Emily Young. El motivo por el cuál la estaba buscando era egoísta, un vampiro le había dicho que en aquel lazo familiar podría encontrar la tijera capaz de cortar el lazo débil de compañero que la tenía aún unida al Cullen. Eilen Reynolds era la nueva adquisición de Aro, una vidente que iba más allá de los límites de la adquisición nueva de Carlisle, Alice Cullen.

El don de Eilen se enfocaba a conocer completamente los puntos fuertes y débiles del futuro, presente y pasado de cualquier persona o vampiro, dónde podría escarbar la información que más ansíaban y pocos podían dar. Era como el agua que resguardaba todo recuerdo en su memoria infinita.

-¡Gracias! Al fin podremos acabar con este suplicio, ¿Escuchaste, Chels?-preguntó emocionada la pelirroja mirando a su amiga.

Marcus parecía estar en paz, ya no estaba del todo perdido en aquella actitud de alma en pena. Aro había hecho que Chelsea formara un fuerte lazo latente entre ambos, debido a que gracias a ello, Marcus ya no deseaba la muerte con tantas ganas, tenía una hija a la que cuidar y realizar las ilusiones de su querida Didyme.

-¿Pero a qué costo irá hasta esa Reserva?-pregunta Aro cauteloso.

No podía ver más allá de aquel hilo de conocimiento, había algo totalmente desconocido para ellos que no lograba siquiera el mismo don afinado penetrar la incertidumbre que aquel lugar tenía.

-Se dice que guerreros silvestres protegen esas tierras, por ende, le recomiendo a la princesa Eir que vaya con su don activado... No debería tener ningún problema con qué su "tijera" llegara a ella. Según he visto, su futuro se dará con solo una conexión de miradas, amo Aro. -explicó Eilen, la joven cabellos rubios tal cual como la propia nieve, con pequeñas mechas de color azules en las puntas de aquel cabello hermoso.

-¡Asombroso! Lo que has visto es magnífico-alagó Aro, sin embargo, su ceño se frunció al ver la expresión preocupada de su hermano Marcus- sin embargo, ¿Volverá junto a nosotros, verdad? Aquello que ves no es peligroso, ¿O si?-preguntó escrutinando a la mujer vidente.

-No es peligroso amo Aro, tal vez será un lazo de amor mucho más fuerte de lo que es el nuestro, pero no veo peligro. Mientras nuestra princesa sea fiel a vosotros, no existe peligro, ese amor la seguirá donde ella sea feliz. Un amor incondicional e infinito. -expresó fiel y sincera la albina- Aunque un consejo querida Eir: viene en cuatro patas, y tiene cola. No te harán daño, serás parte de su ley más importante.

Siendo así, como los tres Reyes le dieron su bendición a la pelirroja. Quién no perdió tiempo, contenta de por fin conseguir la libertad y amor que se merecía, era tiempo de cortar de raíz este amor. Tan solo esperaba ser considerada como le había dicho Eilen, no quería ser una Reina o princesa, quería ser respetada como tanto tiempo lo había hecho ella para con los humanos y quiénes más lo necesitaran.

[...]

Una vez alquiló su propio barco, se desplazó desde el puerto de Port Angeles hasta el lugar, le habían mostrado como llegar, hasta la acompañaron hasta el lugar el propio capitán. Les conmovió el motivo de viaje, un reencuentro de primas perdidas, un sueño por cumplir.

Al menos así debió aparentar, esperaba que esa tal Emily Young, no le supusiera un peligro, que no quería traer un disgusto mas a su padre Marcus, ni mucho menos a su Aquelarre.

Esperaba buenas cosas, tan sólo deseo por un momento cumplir todo tal cuál tanto su alma rota ansiaba ser auxiliada. Aunque no se esperó ser escoltada por hombres semidesnudos y de piel muy cálida hacia su querida prima lejana.

«Ruego porque Eilen no me haya tirado a mi suerte. Aunque sea letal no quiere decir que pueda ser tan eficaz.»gimió tras ver al grupo de personas ya esperando para escoltarla.

La EX-NOVIA De Edward Cullen Where stories live. Discover now