Capítulo 20: Ironías

921 113 35
                                    

Iris

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Iris

DICIEMBRE

Viernes por la noche. Venir al bar de Zack ya parece algo rutinario y un ambiente en el que desde la primera vez me he sentido habituada a convivir.

Noviembre fue un otoño lleno de amor como si fuera Febrero.

Salidas por la ciudad, trabajo y más trabajo, y más salidas que hicieron que en un mes fuéramos unos turistas más en la ciudad de Nueva York.

Estoy muy feliz que mi amigo por fin haya encontrado la felicidad, y aunque Ivy ha resentido el abandono porque ellos dos suelen pasar más tiempo juntos, por lo mismo he procurado darle más atención. Y no ha sido un pretexto para pasar menos tiempo a solas con Cyrus y con mis sentimientos que poco a poco se aclaran.

No sé manejar esto que siento. Es diferente, nuevo y me horroriza pensar que tal vez estoy confundiendo atracción y hasta cariño con algo llamado amor.

Mi única referencia a eso sería David, y ni siquiera recuerdo haberme sentido así con él. Tuve uno que otro novio antes, pero nada lo suficientemente destacable como para hacer una comparación.

Con Cyrus es como si un simple roce pareciera la presión de su cuerpo contra el mío. Una mirada y es como si pudiera comprenderme más que hasta mis propios amigos, y eso es raro porque no ha habido nadie en el mundo que me comprenda más que esos dos.

Es por eso que me he tomado este mes para aclarar mis pensamientos, pero entre más pienso más se me desorganizan las ideas. Yo no sirvo para trabajar con las ideas desorganizadas.

Cyrus me ha desorganizado en más de un sentido.

Al pasar más tiempo con Ivy que con cualquiera he tenido a una activa oyente que disfruta los dramas ajenos, porque es de las que ve el mundo arder pero va a ser todo por no querer arder en él. Mi amiga es una romántica de clóset pero es honesta con que sus consejos más que ayudarme, van a crear dramas que justo ahora no necesitamos.

Como cuando fuimos al Empire State y le conté que un chico quiso coquetearme en la máquina dispensadora de agua. Su consejo fue que cuando Cyrus llegó lo que ella hubiera hecho es echarlo porque no dejaba coquetear a gusto, algo que a mi ni por la cabeza se me paso. Añadir mi frío distanciamiento cuando Cyrus solo intentaba ayudarme lo único que hizo fue que pensó que era algo lindo pero que no cambiaba su opinión sobre lo anterior, más cuando fue por eso que tardé en llevarle su botella de agua.

No le he dado solo vueltas a eso, sino también a Cyrus viendo apartamentos. Es algo esperado y que se supone debería saber manejar, pero estoy tan abrumada con poner distancia y a la vez no querer perder su amistad que mis sesiones con la doctora Bailey tienen mucho material para poder ocupar bien mis 50 minutos.

El bar hoy está ya en sus últimas horas. En cuanto entramos nos recibe un fuerte olor a whisky mezclado con el olor de la madera y una decoración de tréboles colgando del techo, destacando entre lo rústico y los grupos que están colocados en varios de los espacios del bar.

LOCURA DE AMOR EN NUEYA YORK (LIBRO 1 DE LA SERIE "LOCOS DE AMOR")Where stories live. Discover now