Iris Elliot confía en que una buena organización ayuda a cometer el mínimo de errores, pero cuando un viaje espontáneo y unas copas de más en la ciudad del pecado, después de la ruptura de su ya no perfecto compromiso la llevan a casarse con un desc...
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-¿Por qué no le dices entonces cómo te hace sentir?
-¿Para qué me diga de nuevo que no tengo ninguna necesidad de involucrarme?-Niego rotundamente con la cabeza-Ni loco.
Zack suspira resignado. Esta tarde ha dejado a alguien más a cargo del bar, decidido a acompañarme a visitar la estatua de la libertad para poder tomar algunos videos de la ciudad y del trayecto en ferry.
El verano está llegando a su fin. Turistas hay muy pocos así que nos ha tocado el ferry casi vacío.
Estamos en la parte de arriba del ferry y desde aquí se puede ver lo imponente que luce la estatua conforme más nos vamos acercando. La ciudad queda a un lado, teniendo un parecido con mi ciudad Sidney, solo que el atractivo allá se enfoca en la Ópera.
No suelo anhelar regresar, pero conforme más vamos teniendo una imagen completa de los edificios más pienso en como durante 17 años de mi vida todo parecía reducirse a Sidney.
Es donde está la sede de la empresa familiar. Es donde crecí y por mucho tiempo pensé que no tendría la oportunidad de ver más allá dada la falta de apoyo de mi padre.
Pero lo logré. No niego la gran ayuda de mi abuelo para costear muchas de las cosas de cuando me fui a Melbourne, pero también tuve que devolver su aportación teniendo un promedio más que excelente y destacando lo más que podía para que viera que de verdad me interesa el cine y la fotografía.
No solo como un "estúpido y aburrido pasatiempo" como solía decirle mi padre, sino como algo a lo que quería dedicarme por el resto de mi vida.
Pienso en cómo se sentiría mi abuelo si me viera ahora. Lejos de lo que debería ser mi casa, pero sintiéndome más cómodo estando en otra parte.
No viví un infierno. No carecí económicamente de nada pero a veces me planteo si hubiera sido más feliz sin todo eso pero no teniendo una rivalidad con mi padre, que llegó hasta antes de que siquiera pudiera abrir los ojos al salir del vientre de mi madre.
Solo extraño personas, pero no la ciudad en sí. Un sitio se vuelve sólo el escenario perfecto de recuerdos, que se viven más cuando se está con las personas a las que extrañas.
Atesoro más poder ver a mi hermana y a mi sobrino que tener que verlos en Sidney, pero lo que me pesa más en los recuerdos es casi haber orillado a mi madre a escoger entre su esposo y yo, aunque evidentemente ya sabemos quién ganó.
Con mi abuelo sé que se fue en paz. De un tiempo para acá ya había estado mal desde que la abuela falleció, y se que cuando se fue solo tenía la firme idea de que a donde fuera que llegará, ella estaría esperándolo.
Paciente y puntualmente.
Acomodo bien mi cámara en el trípode. El movimiento del ferry es continuo pero no me hace perder la estabilidad mientras procuro hacer buenas tomas.
