Iris Elliot confía en que una buena organización ayuda a cometer el mínimo de errores, pero cuando un viaje espontáneo y unas copas de más en la ciudad del pecado, después de la ruptura de su ya no perfecto compromiso la llevan a casarse con un desc...
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Iris
Debo de calmarme y no permitir que esto me afecte. ¿Cómo se atreve a venir después de tantos meses y actuar como si no hubiera pasado nada? David siempre ha tenido el mal tino de pensar que uno siempre está a su disposición, pero eso era cuando me pensaba enamorada de él pero ya las circunstancias son totalmente distintas.
-Regálalo, tiralo o vendelo. No me interesa-trato de cerrarle la puerta pero vuelve a meter su cuerpo.
-Era tu vestido de novia, Iris-insiste tan pesado como siempre.
¿Alguien puede decirme como pude enamorarme de él?¿Cómo pasé de querer verlo todo el tiempo a no soportar que venga a importunar a mi casa?
-Tu mismo lo has dicho, era-enfatizo.
Me examina. La sonrisa crece en su boca al deslizar sus ojos por el traje sastre color beige que me he puesto hoy para ir a trabajar. Apenas había llegado cuando me lo tope esperando en la puerta con una caja enorme a un lado.
-Luces muy bien.
Me impaciento.
-¿Por qué no me dejas entrar y charlamos un rato?-hace otra vez el intento de moverme para que deje de obstruirle el camino.
-Tienes cinco segundos para retroceder y alejarte de mi esposa, antes de que sea yo quien te arrastre hacia atrás-escucho una voz carente de amabilidad a espaldas de David-Y ya llevas tres.
Los dos miramos a su espalda y al moverse me permite ver a un nada contento Cyrus acercarse con paso firme y decidido para aprovechar el espacio que ha dejado David y entrar al departamento.
-¿Esposa?-pregunta David sin poder creer lo que ha escuchado-¿Desde cuando?
-Eso a ti no te incumbe-respondo.
-Claro que me incumbe-discute enojado-Ni siquiera ha pasado un año desde que terminamos.
-Lo que fácil acaba fácil se olvida-siento la presencia de Cyrus más cerca, su calor corporal siendo algo que no desconozco-Así que retírate ya de nuestra casa y deja de hacer tanto escándalo.
-¿Quién demonios eres tú?
-Cyrus Spencer-se presenta el hombre a mi derecha-Él esposo de Iris.
Levanto la mirada. Luce bastante dominado con la situación. La seriedad y la postura firme me provoca un cosquilleo curioso en el bajo vientre. La cosa se pone peor cuando siento su brazo rodear mi cintura en un gesto posesivo, y aunque se que probablemente sea solo para ayudarme, mi cuerpo no puede evitar sentirse en un inicio de ebullición nada conveniente.
<<¿Cyrus siendo posesivo?>> No es algo que pensará que pudiera combinar siquiera. Y lo de "esposo" no me sienta tan mal como antes, al contrario, siempre lo ha usado para referirse hacía mismo pero que lo diga frente a David es como reafirmar una realidad que aunque evidente, demuestra lo mucho que cambiaron las cosas en menos de un año.
