Iris Elliot confía en que una buena organización ayuda a cometer el mínimo de errores, pero cuando un viaje espontáneo y unas copas de más en la ciudad del pecado, después de la ruptura de su ya no perfecto compromiso la llevan a casarse con un desc...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cyrus
NOVIEMBRE
Los días se convierten en semanas cuando tu mejor amigo encuentra a la persona que su parte lógica le hacía pensar que era poco probable volver a ver, pero Zack no es sólo fiel creyente de la suerte sino también sobre que aquellas personas que están destinadas a reencontrarse, sin importar el tiempo o las circunstancias, si tienen que estar juntas no habrá poder humano que las separe. Ni siquiera ellos mismos.
Yo sabía que su resistencia a salir o conocer personas no era porque al bar le está yendo bien.
Al principio fue la sorpresa, la confusión y después la rápida aceptación de que las probabilidades de que tanto el mejor amigo de Iris como el mio se hubieran conocido y pasado una noche igual o hasta más movida que nosotros (sin llegar al matrimonio, claro) aumentaban cuando todos estuvimos en los mismos sitios, solo que nos separamos y terminamos intercambiando grupo sin querer.
Iris y yo no habíamos vuelto a sacar el tema de lo que pasó en Las Vegas hasta el reencuentro de nuestros amigos. Pero no ahondamos más en lo que ya había quedado claro en nuestro caso, ella no recuerda nada y yo recuerdo cosas en particular que no me parece prudente mencionar ahora.
Como que la conversación esa noche se resumió en ella hablando sobre su reciente roto compromiso. La realidad es que no recuerdo explícitamente cuáles fueron sus palabras, solo que en vez de pensar en ocupar nuestro tiempo en algo diferente, escuché lo más que pude porque de alguna manera me sentía identificado en el hecho de sentirte rechazado por algo que forma parte de ti y que te esfuerzas porque alguien quien te importa lo acepte.
O te importaba en su caso. Yo aún sigo trabajando en eso, pero lo que si me queda claro es que la visita inesperada de su ex solo me hizo sacar a relucir la furia de pensar que un pelele como ese fuera capaz de hacer sentir a Iris que su perfeccionismo, puntualidad y gran habilidad con la organización fuera algo de lo que no debiera sentirse orgullosa.
Una cosa es que a personas como yo que somos menos atentas, por no decir que me valga mierda la puntualidad o la organización, nos cueste habituarnos a alguien como Iris y otra muy diferente pensar que eso es algo malo en ella, cuando para mi son sus cualidades más destacables e increíbles.
Aprender de ella me ha ayudado mucho. Indirectamente me ha puesto más en perspectiva las responsabilidades y el hecho de que cuando compartes tu vida con alguien, tienes que aprender a hacer de dos lo que durante mucho tiempo fue solo de uno.
Me ha aprendido a tener mucha paciencia, y me he esforzado por responderle de la misma manera aprendiendo rápido. Habíamos comenzado a tener una rutina que hacía parecer que llevamos viviendo juntos más tiempo de lo que de verdad llevamos.
Ella haciéndose a la idea de ya no luchar en contra y empezar a nadar con la corriente, y en mi caso empezar a nadar. Casi perdiendo el objetivo o la razón de porque terminamos viviendo bajo el mismo techo en un principio.
