Timeless Academia

Artoria Pendragon: Interludio

Instinto: como su nombre lo indica, su capacidad para predecir con precisión los movimientos de un enemigo y responder a su vez es tan aguda como puede ser y tan inmediata que es casi una reacción subconsciente. De hecho, sus instintos son tan buenos que son casi una forma de precognición, capaz de ver los movimientos del enemigo a varios pasos de distancia. Afirma que ni siquiera las habilidades diseñadas para obstaculizar los sentidos podrían impedir que esto funcione correctamente.

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Era un escenario con el que se había familiarizado hacía mucho tiempo.

De pie frente a un enemigo potencial, con la espada ya desenvainada y lista para la batalla. Una sonrisa de confianza en sus rostros, esperando que su victoria esté asegurada. En muchos sentidos, eran un espejo único para ella misma, ya que tenía tanta confianza en este conflicto como ellos.

El Emperador de las Rosas se parecía mucho a ella. Aunque sugeriría que estaba mucho más confiada que nunca. (Algunos no estarían de acuerdo con esa idea, pero no estaban aquí, así que ¿qué diferencia hacía eso?) Sin embargo, sugerir que ella podía vencerla en un duelo de espadas era francamente cómico y no merecía más pensamiento que eso.

Por otra parte, Artoria Pendragon no era del tipo que rechaza un desafío. No importa cuán obvio pueda ser el resultado.

Los dos Sabres levantaron sus espadas en preparación. Este no estaba destinado a ser un duelo demasiado agitado, solo un simple combate entre dos espadachines de igual calibre. Bueno, “igual” es una descripción generosa en lo que respecta a Artoria; sabía que si no fuera por el Privilegio Imperial de Nero, probablemente ni siquiera sería capaz de coger una espada, y mucho menos empuñarla correctamente. Casi quería sugerir que peleara con un brazo detrás de la espalda para que fuera justo, pero dudaba que el emperador lo apreciara mucho.

Por supuesto, ella era un Espíritu Heroico mayor que ella, lo que debería darle una pequeña ventaja. Aun así, había una gran diferencia entre un emperador que pasaba la mayor parte de su tiempo organizando fiestas y empapándose del amor de su pueblo, y un rey que luchaba contra todos y contra todo lo que tenía que hacer para proteger su tierra.

Según todos los indicios, esta debería ser una victoria fácil.

"Muy bien, ¿están ambos listos?" Gritó Jeanne, de pie en el borde de la sencilla plataforma de piedra plana que estaban usando para esta pelea. "Recuerden, si alguno de ustedes deja caer sus armas al suelo, o si se baja de la plataforma, ¡perderá!"

Artoria asintió. Las reglas de este concurso eran bastante simples y fáciles de seguir, y por muy neutral que fuera el campo de juego, podía ver que esto la beneficiaba más que a Nero. La otra Saber simplemente no tenía la experiencia de combate necesaria para aprovechar la estructura de una competencia, y ninguna habilidad que ella poseyera compensaría eso.

Lo que planteó la pregunta de por qué Nerón todavía parecía confiado a pesar de la situación.

¿Qué sabía ella que Artoria no sabía?

"¡Está bien!" Llamó Jeanne, moviendo su brazo hacia adelante para señalar el inicio del duelo. "¡Comenzar!"

Tan pronto como se hizo la llamada, ambos Sabres se lanzaron al campo de batalla y sus espadas chocaron al mismo tiempo. Una onda de choque salió volando desde el punto de contacto, lo suficientemente fuerte como para hacer que la mayoría de las personas perdieran el equilibrio, pero los tres no eran la mayoría de las personas, por supuesto.