Invocación: Edward Teach

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Pirata Aterrador Barbanegra

El Diario de Midoriya Izuku

Reconozco que los Servants que convoco no siempre siguen mi forma de pensar. Tengo que entender y aceptar eso si quiero trabajar junto a ellos. En realidad, tampoco es diferente de tratar con personas normales de forma continua. Todos tienen sus propios puntos de vista y actitudes que siguen, incluso sin quererlo intencionalmente, y alguien de quien se espera que los lidere a todos tiene que ser capaz de cooperar con esas posturas.

King Eric y yo obviamente no vamos a estar de acuerdo en todo. Quiero decir, considerando lo indiferente que está por matar gente cuando no está increíblemente ansioso por hacerlo, no es algo en lo que pueda estar completamente de acuerdo con él. Sin mencionar las complicaciones aún poco claras que surgen al tratar de entender lo que quiere la reina Gunnhild sin causar que accidentalmente haga explotar el cerebro de alguien. Aún así, ambos son generalmente pasivos fuera de eso, por lo que aún puedo trabajar con ellos sin ningún problema real.

Se trata de encontrar el terreno común. Por lo general, hay algo que puedo encontrar con un nuevo Servant con el que podemos trabajar. Incluso si no es algo que esperaba encontrar, por lo general está ahí. No siempre, y todavía hay algunos problemas en los que necesito trabajar con algunas personas, pero en la mayor parte lo he logrado.

De acuerdo, a veces realmente no quiero encontrar ese terreno común.

Pero esta bien.

Yo puedo con esto.

Estoy calmado.

estoy en control

Todo esta bien.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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Izuku no le dio mucha importancia a las premoniciones antes de venir a Chaldea. Trató de ignorar cualquier tipo de sentimiento negativo que surgiera antes de que ocurrieran los eventos, porque si no lo hubiera hecho, probablemente nunca hubiera salido de su casa. Porque realmente, prácticamente todos los días llevaba la sensación de "hoy va a ser un mal día", entonces ¿por qué debería escuchar eso?

Sin embargo, una vez que llegó a Chaldea, al menos tuvo que tener en cuenta esos sentimientos. Aunque solo fuera porque, dada la naturaleza de la hechicería y todo eso, por lo que sabía, esos sentimientos eran una precognición real de su parte. No es que pensara mucho en la idea, pero era algo que había guardado en la parte de atrás de su cabeza.

Todo esto para decir que, mientras el géiser de maná fluía hacia el techo de la cámara de invocación, Izuku tuvo la fuerte sensación de que hoy iba a ser un gran dolor de cabeza.

No quedó inmediatamente claro por qué . Cuando la energía mágica se dispersó, él y todos los demás en la habitación quedaron boquiabiertos por lo que se les presentó. Porque había un resplandor brillante distintivo que iluminaba la habitación, proveniente de la enorme pila de monedas de oro que ahora se encontraban frente a ellos.

Un silencio silencioso cayó sobre la habitación mientras todos miraban la pila, necesitando un momento para procesar lo que estaban viendo, ya que todos menos Da Vinci parecían completamente atónitos por su presencia allí. Pasaron unos largos segundos, antes de que ocurriera la reacción esperada.

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