Capitulo 20

2.3K 314 60
                                    

Gemma

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

Gemma

Nos hemos detenido en un restaurante lujoso de la ciudad, Marcello prácticamente me ha obligado a bajar del auto a pesar de mi múltiple insistencia en decirle que no deseo cenar con él.

—Pide lo que quieras cariño —sonríe alargando el menú hacia mí.

Lo tomo en mis manos y lo hago a un lado.

—Gracias pero no quiero nada —le respondo con una mueca de disgusto.

—Gemma no hagas una escena ahora.

—¿Escena? —Replico molesta en respuesta—. Tú has sido el que me ha traído aquí a pesar de que he insistido en que no lo hicieras, solo deseo irme a la casa ¿es mucho pedir?

—¿Tan fácil te convenció?

—¿Qué? No sé a lo que te refieres.

—A mi hermano, ¿tan fácil fue convencerte? Dime ¿él acaso es mejor que yo?

—¿Podrías dejar de mencionar a tu hermano tan solo un minuto? —le digo por lo bajo.

—Claro, Santo es perfecto en todo, ¿Dónde quedo yo? Tú eres mi prometida no lo olvides.

—No, no lo he olvidado. Pero no voy a soportar qué me estés tratando como un perro, no soy un objeto Marcello ¿Cómo quieres que te quiera si haces estas cosas?

—Lo siento Gemma, es solo que... No quiero estar más a la sombra de Santo, siempre ha sido así —dice con resentimiento—. Anda olvidemos de todo hoy y disfrutemos de la rica cena.

—No tengo hambre, no insistas.

—Bien, entonces no comas nada no voy a obligarte —responde enojado.

Pasan minutos solo para que Marcello pida una botella de vino y comience a tomarse copa tras copa, nos hemos mantenido en silencio toda la noche y ahora solo me está viendo con aquellos ojos azules que parecen juzgarme.

—Hora de irnos cariño —se levanta de la silla, deja el dinero en la mesa y luego me toma de la mano para guiarme fuera del lugar—. Todos nos estaban viendo adentro, no podías ni disimular un poco tu desagrado.

—Te dije que no quería venir, ¿es tan sencillo de entender? ¿Crees que me van estas cosas? Pues no es así. Solo deseo regresar a mi antiguo hogar.

—No importa lo que digas, ahora que te convertirás en mi esposa, no estarás más triste, yo seré tu compañía —acerca su rostro hacia queriéndome dar un beso pero alejo mi rostro del suyo—. ¿No quieres darme un beso?

—Estas ebrio Marcello, por favor llévame a casa ya.

Furioso me obliga a subir a auto, toma el volante y conduce a toda velocidad, puedo notar que se ha desviado del camino que nos conduce a la mansión y que ha tomado otro tramo.

La Tentación de lo Prohibidoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें