Capitulo 2

3.5K 375 61
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Gemma

Sicilia es hermosa.

Hemos llegado a altas horas de la noche, en cuanto aterrizamos en la pista de aviones un auto nos tesaba esperando para llevarnos a nuestro siguiente destino, al parecer una propiedad de los Cappelleti. Las luces que se levantan por toda la carretera iluminando los paisajes de aquella ciudad me hacen sonreír, parece sacado de cuento.

Santo no ha dejado de hablar todo el recorrido por su teléfono móvil, al parecer le está dando indicaciones a alguien para nuestra llegada.

—Va a gustarte mucho la casa, me encargaré de que estés cómoda —sonríe mientras regresa su teléfono a su saco—. Dime, ¿a qué te dedicas? Cuéntame un poco más de ti.

Juego nerviosa con mis dedos.

—Estudio literatura, en poco tiempo me graduaré.

—Oh, así que te gusta mucho el arte de la lectura.

—Me apasiona —respondo con una enorme sonrisa—. ¿A ti también?

—Sí, mucho. Recuérdame obsequiarte un libro en especial. Va a gustarte mucho.

—No hace falta.

—Claro que sí, déjame darte una buena bienvenida —esboza una sonrisa.

Me quedo viéndole a los ojos, son de color grises, parece incluso que cambian de color con la luz o quizás con su temperamento, es guapo, bastante. Santo Cappelleti es un hombre que se robaría las miradas de cualquier mujer, si lo pudiera resumir en una sola palabra seria, "masculino".

Un maullido rápidamente me hace salir de mi trance.

—¿Qué ha sido eso? —enarca una ceja mirando a todos lados.

Mierda.

—Yo...

El gato pronto sale de la bolsa que tengo en mis manos, me brinca encima para acunarse en mis brazos.

—¿Es un gato lo que están viendo mis ojos?

—Por favor no me hagas deshacerme de el, lo he traído conmigo porque no he podido dejarlo solo.

—No podemos traer a ese animal con nosotros señorita Ferreti —arruga el ceño—. Debe dejarlo.

Niego.

—No voy a dejarlo —replico.

Él suspira.

—Voy a encargarme del asunto no se preocupe, quedará en buenas manos —intenta tomarlo en sus brazos pero se lo impido haciéndome a un lado.

—No causará problemas, estaré pendiente de el, yo misma me encargaré del pequeño.

Rueda los ojos.

La Tentación de lo ProhibidoWhere stories live. Discover now