Capítulo 61

1.6K 169 13
                                    

Capítulo 61

Doble actualización (2/2)

Raven.

—¡Ya llegué! —Aviso cerrando la puerta con seguro detrás de mí, dejo la cartera en la cómoda de la entrada y me dispongo esperar pacientemente a que Lyra aparezca corriendo por el pasillo y se lance sobre mis brazos como de costumbre, pero los segundos pasan y nada sucede.

¿Habrán salido? Me pregunto, pero descarto la idea de inmediato cuando escucho unas risas proveniente de la sala. Me encamino hacia allí buscando encontrar a Lyra jugando con Anne, pero la escena que encuentro es una totalmente diferente.

Lo primero que captan mis ojos, por supuesto, es a Benson sentado en el sofá, riendo a carcajadas mientras Lyra hace un intento de baile frente a él, o bueno, frente a ellos, porque poco tiempo me toma notar a la chica rubia sentada junto a él, quien también ríe por la ocurrencia de mi hija.

Una sensación extraña recorre todo mi cuerpo ante tal escena, algo muy parecido al desagrado, si quisiera comparar.

¿Quién diablos es ella, qué hace en mi casa y donde demonios está Anne? Quiero gritar, pero, por suerte, las palabras se atoran en mi garganta, evitando que diga una estupidez.

—¡Ma! —El chillido de Lyra me trae a la realidad, recordándome que sigo parada en el arco de la sala como una estúpida. Ella viene corriendo hacia mí para abrazarme, justo como esperé que lo hiciera hace un momento atrás.

Tanto Benson como su acompañante se ponen de pies al notar mi presencia, y todo rastro de diversión o de las sonrisas que adornaban sus rostros hace unos segundos desaparece simultáneamente.

Me obligo a apartar la vista de ellos dos para posarla en mi hija, quien exige mi atención.

—Hola, mi amor —Saludo acariciando su cabello con gentileza —¿Dónde está Anne?

—En la cocina.

—Bien, ¿por qué no vas y le avisas que ya estoy aquí? —Sugiero y ella no se ve muy convencida, pero no le queda de otra más que hacerme caso.

Ella se gira hacia Benson y la mujer a su lado y los señala con el dedo índice de forma amenazadora —Ya vengo, ¡No se vayan! —Dice antes de salir corriendo del lugar.

Una vez solos mis ojos se dirigen hacia Benson y lo encuentro mirándome con una expresión muy parecida al miedo, aunque no estoy segura. Es la primera vez que lo veo después lo que pasó la última vez -él huyendo como si no hubiera un mañana después de besarme- y no sé cómo se supone qué debo reaccionar o qué debería decir. Tampoco sé cómo sentirme ante la presencia de la chica a su lado.

No sé quién es ni qué hace aquí, pero es algo que voy a averiguar.

—Benson —Digo a modo de saludo cuando el silencio empieza a volverse incomodo, y no oculto la sorpresa en mi tono de voz.

—Hola, Raven —Es su respuesta junto con un asentimiento de cabeza. Su acompañante -suponiendo que lo es- se aclara la garganta llamando su atención y le dedica una mirada significativa —Ahh, ella es Lisa... una amiga.

¿Una amiga? Quisiera preguntar, pero me contengo. La relación que tenga con ella no me incumbe.

El hecho de que hace unos días me besó poniendo mi mundo patas arriba y ahora trae a su amiga a mi casa me hace enfurecer, y quisiera gritárselo a la cara, pero no tengo la valentía suficiente para hacerlo.

Mis ojos caen rápidamente sobre ella y me permito escudriñarla de pies a cabezas cuando veo que ella hace lo mismo. Su cabello rubio se encuentra atado en un moño alto, lo que la hace ver casi de la misma altura de Benson -cosa que es mucho decir- con tan solo unos centímetros de diferencia. Su cuerpo es delgado, pero acuna perfectamente la ropa que trae puesta, la cual me atrevería a decir que vale más que toda la que tengo yo en mi almario junta. Sus llamativos ojos verdes se encuentran con los míos y me dedica una sonrisa que parece ser genuina, y sin darme cuenta me encuentro devolviéndole el gesto de igual forma.

—Lisa, ella es Raven —La voz de Benson me recuerda donde estoy parada.

—Es un gusto, Raven —Habla sin borrar la sonrisa de su rostro —Tienes una hija preciosa, igual a ti.

Sus palabras me toman por sorpresa, intimidándome un poco.

—Gracias —Me limito a responder justo antes de que Lyra aparezca nuevamente en la estancia, acompañada de Anne.

—Llegaste temprano, ¿Pasó algo? —Inquiere Anne en cuento me ve.

—Ah... no —Miento, más con la mirada trato de hacerle saber que luego hablaré con ella. Ella capta la señal y se limita a sentir.

Suelto un largo suspiro al recordar todo lo que pasó hoy en el trabajo, definitivamente debo contárselo a Anne.

—Benson, dijiste que saldríamos cuando viniera mi mamá —Todos le prestamos atención a Lyra cuando esta habla con la manos en la cintura.

De ser una situación diferente me habría reído de su característica pose de señora enojada.

—Hay que preguntarle si nos da permiso —Le dice Benson, haciendo que Lyra me mire rápidamente una expresión de súplica.

—¿Podemos? —Inquiere juntando sus manos —Por favor.

Mi vista va de ella a Benson y luego a Lisa, quienes me observan esperando pacientes una respuesta.

—Por supuesto, pueden ir —Los chillidos de alegría de Lyra no se hacen esperar —Pero primero debes cambiarte de ropa —Le ordeno.

—Vamos, te acompaño —Any extiende su mano hacia ella y ella la acepta gustosa, dejando que esta la guie hasta su habitación.

Y de nuevo quedamos solo nosotros tres en un silencio incomodo.

—Yo... tengo que ir al baño —Habla Lisa después de unos segundos, pero no se mueve, y me toma un buen rato entender que espera mis indicaciones.

—Por el pasillo, la segunda puerta a la derecha.

—Ya vengo —Le dice a Benson y no puedo pasar por alto como aprieta su brazo antes de irse.

Un nudo se forma en mi estómago, obligándome a apartar la mirada de allí. Fingir que esto bien con esta situación no parece hacerme bien.

Benson no espera a que estemos solos por tres segundos cuando habla —¿Podemos hablar?

¿Quera hablar sobre... el beso? Pienso y tan solo la idea me hace estremecer. No voy a negar que una parte de mí quiere que lo haga, quiere que él aclare esta maldita confusión que hay en mi cabeza de una vez por todas, pero la otra parte teme cuál será su posición ante una situación que él mismo provocó.

No soy estúpida, sé que él no va a decirme que aquel beso revivió sus sentimientos por mí y está dispuesto a intentar recuperar lo que tuvimos, pero temo que sus palabras rompan mi corazón cuando confiese que no significó nada para él cuando en mí despertó sentimientos que creía ya estaban despiertos.

Doy un largo suspiro antes de contestar —Claro.

NA: Hello people.

Volví y esta vez con dos capítulos -cortos, pero es lo que hay- que espero les gusten.

Voten, se me cuidan y nos leemos pronto.

RECUÉRDAMEOù les histoires vivent. Découvrez maintenant