Capítulo 6

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Capítulo 6

Raven. Tres meses después.

Cinco meses de embarazo.

—¿Segura que quieres que te acompañe a adentro? —Pregunta Gina por quinta vez, haciéndome rodar los ojos.

Estamos en el hospital, en una de mis citas médicas, y justamente hoy van a decirme el sexo del bebé.

Tal vez esa es razón suficiente para que yo esté feliz, pero no lo estoy, me siento... vacía. Imaginé este momento diferente, imaginé que Benson iba a estar conmigo, que me iba a sujetar de la mano mientras esperábamos y que me iba a besar cuando supiéramos el sexo de nuestro bebé.

Lo extraño tanto, y me es inevitable no entristecerme al recordarlo, y más en estos momentos donde las hormonas me ponen muy sentimental.

—Ya te dije que sí, no preguntes más.

Ella me toma de la mano y hace que la mire a los ojos.

—No es que no quiera entrar contigo, solo entiendo que este es un momento especial, un momento único, y quiero que lo disfrutes, es un momento que vas a recordar siempre, no creo que me quieras ahí.

Yo suspiro antes de hablar.

—Entiendo lo que dices, pero entiende tú que quiero compartir esto contigo, no tengo a nadie más que a ti y quiero que formes parte de esto como lo has estado haciendo todo este tiempo.

Ella sonríe y asiente, un poco más convencida. No han sido fáciles estos últimos meses. Como era de esperarse, el dinero que nos dio China llegó a su fin, ya que la gran mayoría lo gaste en vitaminas para mi embarazo. Gina pudo conseguir un trabajo en la escuela del barrio, como conserje. No gana mucho, pero como podemos hacemos que las cosas vayan bien.

Yo me siento más inservible que nunca, por mi estado no he conseguido trabajo, bueno, eso y mi falta de experiencia, así que me ha tocado quedarme en casa mientras la pobre Gina sale a trabajar. Ella dice que todo está bien, pero no es así, y lo peor es que tengo presente que todo va a empeorar cuando nazca mi bebé, los gastos van a subir, y si el dinero no nos alcanza para nosotras dos, menos para un bebé recién nacido.

Por otro lado, están mis estudios. Tuve que dejarlos, ya que como dije, desde siempre he estudiado desde casa, y cuando mis padres murieron mis estudios los pagaba China, y obviamente ella no seguiría pagándolos después de echarme de su casa.

Todo va cada vez peor, pero no dejo que eso me afecte, por ahora lo importante es mi bebé.

Veo salir a una chica del consultorio y luego veo a la doctora pasarse en la puerta, con una carpeta en las manos.

—¿Raven Frank? —Llama y respiro profundo apretando la mano de Gina antes de ponerme de pie.

(***)

Benson

—Bien, fue suficiente entrenamiento por hoy, pueden irse —Avisa el entrenador dando pase libre a irnos de la cancha. Por fin, estoy exhausto, llevábamos entrenando todo el día y ya casi está oscureciendo.

Uno de mis compañeros de habitación se acerca a mí y me pasa un brazo por los hombros.

—Hey bro, hoy vamos a salir de la academia, vamos a ir a un bar, ¿Vienes?

—No sé porque preguntas si ya sabes la respuesta —Le digo empezando a caminar y el me sigue el paso.

—Pensé que quizás sucediera un milagro y aceptaras —Dice riendo.

—Parece que no rezaste lo suficiente, buen intento la próxima —Me despido de él en la entrada de los vestidores, pero él me detiene.

—Vamos Ben, desde que llegaste nunca has salido de la academia, te la pasas estudiando y entrenando, mereces un descanso.

Aprecio sus intenciones, y sé que solo trata de que me divierta, pero me molesta su insistencia.

—Pues yo puedo decidir si salir o quedarme estudiando, no es tu maldito problema —Me altero.

—Jo, tranquila fiera, no tienes que ponerte así.

Niego con la cabeza antes de darle la espalda y entrar a los vestidores. Me doy una ducha rápida y me largo y me apresuro a vestirme, lo único que quiero ahora es llegar a mi habitación y descansar, hoy ha sido un día largo.

Cuando llego a la habitación lo primero que hago es tomar el teléfono y marcar el mismo numero de siempre, rogando por que hoy haya buenas noticias.

Espero varios segundos antes de escuchar la voz de mi hermano, y ni si quiera me molesto en preguntar, voy directo al grano.

—¿Y? ¿Encontraste algo?

—Fui hasta la dirección que me dijeron, pero no había nadie —Siento que la poca esperanza que me quedaba va desapareciendo —Le pregunté a los vecinos, pero dijeron que allí no vivía nadie desde hace años.

No digo nada, solo me tiento en mi cama pensando qué más puedo hacer.

—¿Quieres que siga buscando? —Vuelve a hablar mi hermano.

—Sabes que sí.

—Está bien, voy a encontrarla, no te preocupes.

Cuelgo la llamada tirando el teléfono a un lado. Tres malditos meses y aun no sé nada de Raven.

Convencí a mi hermano de que me ayudara a buscarla, ya que mamá no me iba a permitir ir hasta allá. Estos tres meses ha estado buscando como loco, pero no hay una sola maldita pista. Lo más probable es que esté con Gina, pero de ella tampoco se sabe nada, siempre fue muy discreta con su vida personal, nunca habló de alguna casa, algún lugar, y menos de algún familiar.

Cada día que pasa se hace más real el que Raven me dejó, porque lo hizo, joder y trato de justificar sus acciones, pero no puedo no pensar que quizás... mi madre tenía razón.

Vamos, que no estoy desconfiando de Raven, pero el que no se haya comunicado conmigo en todos estos meses para explicarme las cosas solo me hace estar inseguro ante mis pensamientos. Quiero seguir creyendo que todo tiene una explicación, que Raven va a aparecer en cualquier momento y va a decirme que todo fue una confusión.

(***)

Raven

Desde que entramos al consultorio he estado impaciente, la doctora hizo su típico chequeo y me hizo algunas preguntas, pero no veo el momento de que me diga de una vez por todas que es mi bebé.

—Entonces ¿Quieres saber el sexo? —Pregunta la doctora y me muerdo la lengua para no responder mal, limitándome a asentir.

Gina se ha mantenido a mi lado en todo momento, guardando silencio.

La doctora saca algunos instrumentos a los que ya estoy acostumbrada, enciende el monitor y me hace dejar mi panza al descubierto, poniéndome un gel frio en ella, empieza a esparcir el gel con como sea que se llame lo que tiene en la mano, y segundos después la pantalla se enciende mostrando una figura distorsionada, el cual se supone que es mi bebé.

Pero la verdad es que no veo nada.

Pasan unos largos minutos y ella solo se limita a explicarme el estado del bebé, me señala sus piecitos y su cabeza y, como la primera vez que lo vi, siento ganas de llorar. La sensación de ver a tu bebé es única, aunque ya no sea la primera vez.

—Parece un bebé muy sano, bueno, creo que lo correcto es decir "Una bebé"

Tardo unos segundos en captarlo, y cuando lo hago mis ojos se llenan de lágrimas otra vez. Ante nuestro silencio ella sigue hablando.

—Creo que va a ser una niña muy grande y fuerte, igual que su mamá.

Todavía no lo puedo creer. Una niña, mi niña.

Volteo para mirar a Gina quien también tiene los ojos aguados.

—Si cariño, vas a tener una hermosa niña.

RECUÉRDAMEWhere stories live. Discover now