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¿𝐐𝐔𝐈𝐄𝐍 𝐄𝐒 𝐑𝐇𝐀𝐄𝐍𝐎𝐑?

—Madre— dijo Merlya mientras estábamos en la barco, se acercó y me tomo suavemente del brazo —¿ Al llegar puedo ver la fortaleza?, siempre quise verla— preguntó

Mire a mi hija con una sonrisa, no sabia que tan peligroso era que lo hiciera pero ahora ella estaba grande y Brynden sabía blandir una espada correctamente así que no vi ni un solo problema en ello

Al volver a Desembarco del Rey después de once años, me encontré con una ciudad que parecía haber cambiado en tantos sentidos. El tiempo no había sido amable con mí apariencia, y aunque aún mantenía la elegancia que me caracterizaba, las canas plateadas se habían adueñado de mi cabello y las arrugas comenzaban a marcar mi rostro. El reflejo en el espejo hablaba del paso de los años, pero mi mirada aún conservaba esa chispa de determinación que me había llevado a través de tantas aventuras.

Mis hijos, Brynden y Kyran, me acompañaban en este regreso a la capital. Brynden, con su herencia de Daemon, se había convertido en un hombre apuesto, con rasgos intensos y una presencia imponente. Había crecido en un individuo seguro de sí mismo y respetable. Por otro lado, Kyran, heredero de mi elegancia y mi inteligencia, irradiaba carisma y encanto. Su mirada aguda y su porte denotaban confianza y sabiduría.

La ciudad misma también había cambiado. Las calles estaban más concurridas, los edificios más altos y las voces de los habitantes parecían más apresuradas. Pero lo más sorprendente fue cómo se había transformado la política de Poniente. Todo parecía estar en un constante estado de flujo, y los desafíos y oportunidades que se presentaban eran tan inciertos como emocionantes.

Mientras avanzábamos por las calles de Desembarco del Rey, el pasado y el presente se entrelazaban en un abrazo inquebrantable. Sabía que, sin importar cuánto hubiera cambiado, mi familia y yo estábamos listos para enfrentar lo que el futuro nos deparaba y seguir escribiendo nuestra historia en esta tierra de dragones y tronos.

[...]

La recepción en Desembarco del Rey fue un juego de contrastes: Alicent nos brindó una bienvenida gélida, una previsión que no me sorprendió. En cambio, Rhaenyra demostró una actitud cálida y acogedora. Sin embargo, la visita de Daemon, acompañado por sus dos hijas, arrojó una sombra inesperada sobre la situación.

El juicio, originalmente asignado a Otto, vio la inesperada participación de mi padre, a pesar de su evidente deterioro físico. Su presencia, sin que yo la solicitara, fue un gesto que me conmovió un poco, una muestra de apoyo paternal que no anticipaba y que contradecía los consejos de Rhaenor, quien sugería que fuera yo quien buscara su ayuda.

En el debate del juicio, manejé los argumentos con maestría, destacando la posición de Brynden, aunque su atención estaba dividida entre la princesa Helaena y Jacaerys, este último ocasionalmente desviando su mirada hacia mi hijo con un deje de hostilidad. Jacaerys nos debía la retribución por el dragón de Brynden, una deuda que no tenía la intención de saldar de inmediato, pero que planeaba recordar a Rhaenyra en un momento más propicio.

Las tensiones alcanzaron su punto álgido cuando Daemon, enfurecido por una insinuación sobre una relación íntima entre nosotros, perdió el control y le cercenó la cabeza a su acusador. Aunque la escena fue turbadora, el juicio concluyó de manera exitosa para Brynden.

[...]

La atmósfera de la cena se volvía más densa a medida que las discusiones giraban en torno a la guerra que se avecinaba en los Peldaños de Piedra. A pesar de las objeciones de Merlya y las mías, tanto Rhaenor como Daemon decidieron inscribirse para la contienda, cada uno por sus propias razones. En cambio, Brynden, siguiendo mis estrictas órdenes, tenía prohibido participar, un punto que recalqué con firmeza antes de retirarme.

Aprovechando la oportunidad de la soledad, decidí explorar la fortaleza por mi cuenta. Entré en la habitación que solía compartir con Rhaenor, donde había dejado un regalo especial para Rhaenyra. El ambiente nostálgico se mezclaba con la tensión del momento.

Siguiendo mi camino, llegué a la antigua habitación de Rhaenyra. Sorprendentemente, ella también estaba allí, y se notaba que había hecho algunos cambios. En medio de la disposición de las cosas, mis ojos se posaron en un libro que solía pertenecerme. Mientras dejaba el regalo sobre la mesa, decidí hojear el libro por curiosidad, y allí, entre sus páginas, descubrí una carta.

Era una epístola escrita por Rhaenor para Rhaenyra, datada en un tiempo lejano cuando yo aún compartía mi vida con mi padre. La carta hizo que la sangre de mi cuerpo pareciera ser hielo en mis venas.

Rhaenor se reveló como alguien distinto, alguien que iba más allá de mis percepciones iniciales, al igual que Rhaenyra.

Mi esposo y propia hermana.

Las únicas personas en las que había confiado plenamente en años no eran más que la sombra de una mentira tan grande que había destruido todo lo que habíamos construido al pasar de los años.

No habría ningún perdón a ambos, ninguno se lo merecía.

Mi mano tembló mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla. Con cuidado, volví a colocar la carta dentro del libro, tratando de contener las emociones que brotaban. Salí de la habitación como si nada hubiera ocurrido, llevándome conmigo un torbellino de pensamientos.

Había estado tranquila por años, pero la tranquilidad no era parte de mi propio sello, jamás lo había sido y ahora reaparecia en mi vida.

Cuando regresé a la cena, Rhaenor me recibió con su cálida sonrisa habitual, ajeno al torbellino que se desataba en mi interior. Aunque quería creer en esa sonrisa, era incapaz de ignorar lo que acababa de descubrir. Le devolví la sonrisa, me senté a su lado y, como buscando consuelo en el fondo de una copa, bebí hasta el último sorbo. Aparentemente, Aegon, captando la tensión en el aire, también se sumó a mi acción.

No iba a malograrles la cena a todos aunque las ganas de levantarme y hacer un brindis que destruyera y partiera todo no me faltaba pero no lo hice por mis dos hijos, al final Rhaenor era su padre y había sido uno muy bueno y aquello los devastaria completamente.

No iba a malograrles la cena a todos aunque las ganas de levantarme y hacer un brindis que destruyera y partiera todo no me faltaba pero no lo hice por mis dos hijos, al final Rhaenor era su padre y había sido uno muy bueno y aquello los devastari...

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Les dije no confíen en nadie y eso me incluía a mi
Traka

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⏰ Last updated: Nov 27, 2023 ⏰

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